El cautivador prodigio de la perfección
Aunque Neus Ferri es una artista con una trayectoria de más de diez años, y ha sido la vocalista de bandas como Kuston Rock Band, No Brothers, Juicio de Dios, Galactika o The Backseats, es más conocida por haber surgido del averno mediático de uno de los talens shows más preciados de la televisión privada, el programa “La Voz”. Desconozco en que medida el programa ha contribuido a mejorar su trayectoria como artista, y las aportaciones a su creatividad subsiguientes, pero por fortuna, la puso en la pantalla, y miles de personas la pudimos ver, y apreciar, en directo. Esto nos ha dado la posibilidad de encontrarnos con una artista vital, que posee una gran voz, inteligentemente gestionada, y que espero y deseo, tenga mucho que decir en el futuro. Las vivencias, experiencias y beneficios, si es que los hubo, de su paso por la televisión, seguro que no habrán sido tan onerosos, ni comparables, a ese talento inagotable que posee, que cautiva por la perfección rigurosa con que asume su responsabilidad como intérprete.
Retornó a Madrid para emocionarnos con su voz, y lo hizo a uno de los lugares más bucólicos de la capital del reino, el Rincón del Arte Nuevo, crisol de grandes artistas, y un espacio donde el romanticismo cultural se desarrolla con total plenitud. Ofreció un showcasse acústico bien estructurado, donde versiones y temas propios de su próximo disco, hicieron las delicias del público que abarrotaba el espacio. Los acordes de “Separate Ways” de Journey ya nos fueron empujando hacia el vórtice de una espiral de emoción, que no cesaría durante todo el set list. Porque Neus Ferri no solo posee una voz prodigiosa, que sabe gestionar magistralmente, tanto en los agudos desgarrados de las notas más altas y agudas, como las perfectas modulaciones, la tersura de los graves, o el color rigurosamente definido de su entonación, posee algo mucho más vital, más transcendental: el poder de transmitir los sentimientos que se generan en su interior, para expandirlos misteriosamente, como un viento invisible cuya corriente acaba por empapar al público, haciéndole partícipe.
Son los hados del artista. Los certeros dardos que llegan, no se sabe de dónde, para clavarse en lo más hondo y hacernos sentir. Así es que, pasado ese lapso de tiempo inicial, en el que el artista se acomoda a los rostros de los que contemplan, y cuando el nivel de afecto llega a su máximo exponente, comienza a surgir el genio, y llegan temas como “You’ve Got A Friend” de James Taylor, o “Wild World” de Neil Young. Impresionante. Apoyada por la guitarra acústica de su compañero, y nadando en las irreverentes aguas de su pasión, se dejó llevar por ese clímax fabuloso que domina a los artistas, para mostrarnos una de sus composiciones propias, que formará parte de su próximo disco, “Aquí Me Tienes”, y después, continuamos con el delirio, esta vez con temas como “The Logical Song” de Supertramp, “Eye In The Sky” de Alan Parsons Projet, y una versión a capella de “Maniac” de Michael Sambello.
Tras una breve pausa de descanso, vuelven sus propios temas como “Fabrica De Miel”, subyugante y emotiva, “Rock & Roll”, un medio tiempo sorprendente y melódico, cargado de intencionalidad, un encendido homenaje al gran maestro Antonio Vega con “Lucha De Gigantes” y “Anybody Seen My Baby” de The Rollings Stones. Para entonces, ya estábamos sentados al borde del cielo, deleitandonos un sueño que parecía hacerse realidad en la voz de una mujer cargada de simpatía, belleza y apostura. Seguidamente, “Call Me” de Blondie, otra composición propia, “No Te Alejes”, intensa e imposible, y como no, la canción que la hizo destacar en el programa “La Voz”, “El Hombre Del Piano” de Billy Joel. Espectacular. Para la apoteosis final se guardó dos grandes temas, que socavaron aún más nuestros sentimientos más profundos, “Mercedes Benz” de Janis Joplin y “Eye On The Tiger” de Survivor. Un show impecable, cargado de profundidad emocional, y una puesta escena vocal de impresión. No encuentro por tanto más calificativos, adjetivos, o palabras en sí mismas para definir tanta belleza, tanta precisión, porque las palabras son ineficaces cuando son los sentimientos lo que se debe explicar. Neus Ferri es un artista integral, que sobre una voz hermosa y vital, profunda y desgarradora, sabe construir todo un mundo de sensaciones cargadas de emoción vitalista. Espero con impaciencia su próxima visita a Madrid, y espero que la próxima vez, llegue en formato eléctrico, con toda su banda, y en un entorno mucho más amplio. Merece estar con las grandes voces de este país, por derecho propio.
CHEMA GRANADOS