HASTA SIEMPRE, PARA SIEMPRE
Dicen que las despedidas siempre resultan amargas y dolorosas. Efectivamente, esta clase de sentimientos envuelven las despedidas. Sin embargo, cuando esta despedida se produce rodeado de todos aquellos que te quieren, que te siguen durante años, que han estado siempre al otro lado, el adiós se convierte en una fiesta, en una celebración. Arkania se despedía el pasado día 23 del presente mes de su público, y de momento, cesa en sus actividades profesionales. Atrás quedan doce años de carretera, cuatro discos, y muchas noches de emociones intensas. Una carrera espectacular para una banda que aunó el power metal, el heavy, y algunos elementos celtas y progresivos. Una combinación que resultó ser demoledora, y que en sus inicios no le resultó fácil de comprender al público, quien, poco a poco, encontró en la banda todo un referente, no solo en nuestro país, sino también en Latinoamérica con miles de seguidores. Lo interesante es el recorrido, y como se demostró la otra noche en la Sala Penélope, este ha sido fructífero. Así lo patentizó el público ciertamente fiel y entregado. Las razones de las rupturas son tantas y variadas, que es mejor obviar este particular, y visualizar solamente la franja donde residen las cosas positivas. Y haberlas las habido y mucho, aunque quizá a nivel particular, como músicos, porque a mi juicio, quizá han sufrido la injusta desidia y el incomprensible desinterés, por parte de las organizaciones de muchos grandes festivales, en los que Arkania debería haber estado por derecho propio, y quizá, algo de más de apoyo por parte de los medios. En cualquier caso, el pasado, pasado está, y la noche vivida, seguro que a ellos les compensó el amargo caminar que toda banda debe de experimentar.
Abrieron fuego con una intro seguida del tema “Serena Fortaleza”, el corte número dos de su último disco. Con fuerza, con aptitud, dieron rienda suelta a toda esa adrenalina acumulada antes de salir a escena. Doble bombo a tope y mucha energía electrizante. El público, entregado al delirio, y el sonido, pulcro y bien ecualizado, contribuyeron a crear un clima de excepción. Continuaron con “La Bestia Dormida”, tema de su disco de 2.012, “Mi Nombre Es Rock & Roll”, “¿Qué Será De Ti?” también del disco de 2.012, “No Te Puedo Olvidar”, “Estrella Del Norte”, “Eterna” y “No Sé Vivir Sin Ti”. Todo un torrente de emociones, y mucho metal crudo sonando entre los melódicos estribillos, mientras el savoir faire de un Ángel Santamaría, completamente entregado, moviendo al público hacia el éxtasis, ejerciendo con autoridad su papel de frontman con destreza, seguido por la guitarra incombustible de Roberto Gutiérrez y sus solos vertiginosos, apoyado por una base rítmica de lujo con José Antonio Gallardo al bajo, Rafa Delgado a la batería, y los colchones de teclados de Manuel Barny, formando entre si una tupida urdimbre sonora perfectamente confeccionada. Continuaron con “Cuentacuentos”, “Musa Hasta El Alba”, “Armagedon”, “Grabielle”, “Hijos De América”, “Cenicienta”, “Hey Tú!”, y concluyeron con “Siempre Contigo”, un tema adecuado para cerrar un show emocionante, que quedará registrado para la historia en un DVD que se grabó en vivo y en directo, y que la banda editará en fechas próximas. De alguna manera, el heavy patrio se queda huérfano, y el hueco que quedará no sabemos si será reemplazado por alguna otra banda, pero lo que quedará meridianamente claro, es que Arkania ha dejado su huella indeleble, y esa huella es inmortal. Nada ni nadie podrá borrarla. Seguro que en su interior, estarán plenos de gozo y satisfacción, por el trabajo realizado a largo de estos años, por las emociones vividas, por las anécdotas de la giras, por los amigos hechos en el camino. Estas vivencias, estarán siempre activas en su memoria emocional. Y la grandeza de haber sido capaces de haber dado vida a un montón de canciones, donde han dejado una parte intima e intransferible de sí mismos. Hasta siempre, para siempre.
CHEMA GRANADOS