Isabel Marco acaba de publicar su tercer larga duración titulado “Sin Domesticar”. La cantautora oriunda de la localidad de Alagón (Zaragoza) vuelve, una vez más, a reiterar su compromiso con una forma de entender la música tan propia como intimista, dejando al trasluz un rosario de sentimientos auténticos que se enriquecen gracias a los matices grandilocuentes de su genio artístico. No se trata de una tarea sencilla. Es todo un arte se capaz de mostrarse ante los demás despojada de la piel del alma. Pero ella, lo consigue.
Se trata de una mujer empoderada que no se resigna a ser sepultada por los estereotipos de una sociedad vacía que mide el talento de las mujeres que tienen mucho que decir, con mirada incipiente, y que, desgraciadamente, minimiza ese trabajo frente a otras opciones masculinas. En este disco hay mucho de identidad femenina, “sin domesticar”, pero también, hay aportaciones que trascienden los géneros para convertirse en alegatos de vida desde el punto de la visión de un ser humano. Las vivencias y las experiencias, traducidas en compases donde se materializa la maravillosa y mágica consecuencia que es una canción.
En honor a la verdad, este nuevo disco tiene mucho de progresismo vital, de avance; y no es tarea fácil cuando se editan dos discos consecutivos, amén de un Ep. Lo que deja claramente patente Isabel es que, desde “Quiero Ser Agua” publicado en 2018, su trayectoria como compositora y artista ha alcanzado una madurez notoria. Si tuviéramos que hacer una analogía vinícola tendríamos que afirmar que se ha convertido en un “gran reserva”. Y algo tienen sus canciones que se asemejan al buen vino: cuerpo, sabor, color y sensación. Además, cabe destacar la sinceridad de unas letras que ahondan en el devenir cotidiano, y en la existencia con total naturalidad, escarbando en su alma para patentizar en cada verso, el semblante real de su propia realidad.
Por otro, lado cabe destacar una cuidada producción musical, que la convierte en un trabajo muy destacable, con un sonido limpio y luminoso que impacta. Aderezado por su peculiar voz, Isabel Marco ha conseguido que este nuevo disco la arrope con el embozo la sazón, y que, por tanto, deba de ser tenida en cuenta por los que detentan el poder de encumbrar a los artistas. Hay que destacar grandes temas que sobresalen sobre el resto del set list: “Electricidad” un tema vibrante y luminoso que resume muy bien su carácter. “Huida Hacia Ninguna Parte” un medio tiempo soberbio y el corte que abre el disco. “Trampas De Reloj” un tema intimista que seduce, traduciendo muchos de los registros más oscuros de su intimidad para darle la claridad precisa. En definitiva, un álbum donde la madurez y el buen trabajo realizado coinvierte el resultado en un diamante en bruto, que, a buen seguro, el paso del tiempo y nuevos trabajos y carretera, colocaran a Isabel Marco donde se merece por derecho propio. A destacar, asimismo, el excelente trabajo de la banda que arropa todo este proyecto, y que logran definir en música real de esta mujer en mayúsculas.
CHEMA GRANADOS