Antigua, acaba de publicar un EP con cinco temas atemporales, donde renuevan su clásica pasión por la búsqueda de un sentido afectivo, a su forma de expresarse más allá de los consabidos parámetros establecidos. Invariablemente, esta ha sido una constante en su trayectoria, y en cada disco, han sabido remozar con brillantez y lustre, todo el argumentario vital que, como músicos y creadores, ponen al servicio de la continuidad emocional. Las emociones son su fuerte, y en este nuevo disco, no podían dejar de destacar. En esta ocasión, su nuevo trabajo “Innova” no puede ser más convincente, porque, precisamente es lo que vamos a encontrar en el registro sonoro de estos temas: innovación. Una manera de explorar territorios más allá de su zona de confort, que dan como resultado temas intensos, superlativos, que apelan a su virtud para mostrar el valor emocional de su pretérito legado musical. Mantienen en pie la misma actitud, fuerza, corazón, y el desarrollo del entramado compositivo, haciendo alarde de un nuevo rumbo, donde la voz imperecedera de Juan Olmos sigue brillando con luz propia, sin rendirse al paso del tiempo incombustible.
La nueva orientación les sienta muy bien, porque la originalidad sale a la superficie en temas como “¿Por qué no?”, que aún guarda algún matiz de su propia personalidad, o, “Fiebre”, el tema que abre el disco. Los arreglos instrumentales juegan también un rol importante, en tanto en cuanto, suman más que restan. En esta misma tesitura, se encuentra el tema “Cuentos Dulces (segunda parte)” donde se adentran en una suerte de espacios insólitos, con riffs y voces en constante crecimiento. “Un Payaso Más” es un tema grandilocuente, con diversas fases que intensifican las estrofas con un juego diabólico de atmosferas enfáticas, donde el plano de voz, fluctúa en un ir y venir por encima del riff. Por último, cierran con “Mis Pilares” un medio tiempo cadencioso, con mucha personalidad, henchido de rock en estado puro.
En síntesis. ¿Se puede cuantificar la ilusión? ¿Se puede medir con precisión milimétrica la creatividad? Para una banda como Antigua, la respuesta es sí, porque la medida de esa ilusión y de esa creatividad, como concepto abstracto, la pone la métrica, el estilo, el fondo y el mensaje que desprenden las canciones. A lo largo de su trayectoria como banda, siempre ha habido una constante en sus certeros pasos, y ha sido la ilusión y la pasión que le ponen a sus composiciones, basadas en el hard rock más clásico, pero aderezadas, inteligentemente, con ingredientes de su propia cosecha; a saber: sus orígenes, sus referentes, la filosofía rockera, y el deseo desbordante de dar rienda suelta a su sentido de la melodía, y a la dimensión de la dureza expresiva. Aunando estos conceptos, y tirando de versatilidad, y el carisma de una voz cargada de matices geniales, como la de su frontman Juan Olmos, y la imponente aportación de Fco. Andrés al bajo, Marco Tejedor a las guitarras, y la colaboración de Abel Vargas, a la batería, consiguen un dar forma a unas canciones que intensifican el clamor de los sentidos, que emocionan, porque su frontalidad es certera, directa al corazón, sin circunloquios sobredimensionados, ni tapujos redundantes. Son lo que son, sin artificios, y esta claridad, que trasciende en sus canciones, con las que abrazan su autenticidad. Una autenticidad infravalorada en unos tiempos donde triunfa la mediocridad estilística y creativa. Ellos tienen carácter propio, un talento que es un valor seguro, al margen de la vulgaridad que nos acecha. Siempre estaremos, al otro lado, entre el público, una noche cualquiera, al borde de la madrugada, para apoyarlos y sentirlos como el primer día.
CHEMA GRANADOS