Bourbon, emociones y rock.
Uzzhuaïa ha revolucionado el hard rock del estado con excelentes discos, donde su creatividad musical ha dado forma a una nueva dimensión, y su producción ha crecido en intensidad, en cantidad y en calidad, dándole al estilo un matiz tan personal, que sus composiciones tienen un esplendor exclusivo. Ocho discos que han ido labrando a fuego, el dominio de su credibilidad, y una reputación muy merecida. “13 Veces Por Minuto” su anterior trabajo, ya confirmaba todas las expectativas; pero es que “Santos & Diablos”, su ultimísimo trabajo en estudio, nos ha sorprendido por esa suerte de energía excelentemente canalizada, renovada, festoneada de riffs rítmicos y estribillos melódicos, etéreos, pero contundentes, evocadores de los registros de bandas como Aerosmith o Journey. En directo, ofrecen un show que impresiona por esa autoridad con que se adueñan del escenario, imponiendo el carácter de su personalidad propia. Una gira con dieciséis fechas cerradas, en la que han llenado aforo en la mayoría de ellas. Todo un logro para cómo está la escena estatal.
Listea, fue el grupo encargado de abrir fuego con la sala parcialmente ocupada de público. Los de Getafe se afanaron por superarse a sí mismos, moviéndose por el escenario como pez en el agua. Desgranaron una suerte de rock urbano duro y potente, con muchos brillos y matices interesantes. No es fácil abrir como telonero un show como el de Uzzhuaïa. Sin embargo, Listea demostraron todo su potencial con gallardía, dando todo de sí mismos, y lo que es más importante, complaciendo al público que aplaudió su actuación con ímpetu. Abrieron el concierto con el tema “El Remonte Del Salmón”, y continuaron con “Estigmas”, de su último CD “Estigma”, “A Tientas” y “Tierra Del Insulto”. Continuaron con muchos de los temas que componen su último trabajo, como “Disfrutad De Vuestro Cielo”, “Cuando Tonto Cría Pan”, “Mil Huracanes” y “Ruina Del Palangre”. Destacar la voluntad de todo el combo por expulsar adrenalina, musculo y vigorosidad, amén de interpretar una forma muy diferente, el rock urbano.
Tras el cambio del backline, los componentes de Uzzhuaïa saltaron al entarimado bajo la penumbra, y una madeja de humo rodando por la superficie del escenario. Enseguida, los acordes del poderoso “Una Historia Que Contar” resonaron como una ráfaga de metralla. La sala, ya al completo, retumbó en un alarido colectivo, y el show se puso en marcha como una maquina perfectamente calibrada, y luego, sin respiro “13 Veces Por Minuto” del disco del mismo nombre. Impresionantes las guitarras de Alex Simón e Israel Ferrer, retumbando voraces, cohesionadas, y la base rítmica de José y Álvaro Monteagudo, machando el espacio escénico con preponderancia. Continuaron con “Directo Al Mar” , “Baja California” el corte que abre el álbum “Destino Perdición”, “La Mala Suerte”, “La Chispa Adecuada”, “Bailarás En el Infierno” y “El Solitario” de su último CD “Santos & Diablos”. A estas alturas, la sala se transformó en una olla a presión, en cuyo interior se rehogaban las emociones y la adrenalina empapadas en sudor, para crepitar como una especie de geiser imposible. Toda la banda se quemó viva en sentir las emociones, y en entregarse al delirio de los congregados como lo hacen siempre, con gran profesionalidad y entrega. Continuaron con “Destino Perdición”, “No Quiero Verte Caer”, “Un Millón De Años Luz”, “En Ciernes”, donde Pablo Monteagudo, a solas en el escenario, defendió una canción escrita desde los cojones, con su guitarra acústica, y finalmente, “Cuenta Atrás”. En el capítulo de emociones, y de la interacción del público, decir que fue un continuo juego de reprocidad, y hasta hubo un momento culminante e insólito, cuando Pablo Monteagudo le pasó el micro a un fan, para que se declarase en matrimonio a su novia, y hasta descarga de bourbon desde el escenario, hacia las bocas que solicitaban el ansiado brebaje etílico. Puro rock. Actitud y potencia. Por último, “1975”, “Desde Septiembre”, “Blanco & Negro” y dos bises de como obsequio, “Magnifico Fracasado” y “Santos & Diablos” con los que remataron un show perfecto, intenso, grandilocuente y cargado de personalidad propia. Un gran show de una de esas bandas, que poseen todos los ingredientes para llegar a lo más alto.
CHEMA GRANADOS