El retorno
Romeo es una de esas bandas con un estilo muy perfilado, y además muy propio. Llevan tres discos de dimensión, con un enfoque muy diferente del metal melódico, mimando cada trabajo en el estudio, cuidando sus directos, su art work, su imagen, su honestidad a la hora de componer canciones, y todo el trabajo se convierte en un producto reluciente, con personalidad. Durante todos estos han, años han ido haciendo su personal travesía del desierto, y hasta se plantearon abandonar los escenarios. Sin embargo, no solo desestimaron estas opciones, sino que están de nuevo en activo después de un año casi en dique seco. Y vuelven con más fuerzas, más ímpetu y más ilusión. El sábado en la Sala We Rock, dejaron patente que su calidad está intacta. Así es que se dedicaron a hacer un recorrido por su trayectoria, con todos los temas esenciales que les hicieron dignos de su sonido.
La Skala De Ricther fue el grupo invitado para abrir la noche. Gélida la sala, y gélido el público. Con estas expectativas tuvo que saltar la banda al escenario. Sin embargo, desde el primer acorde quedó muy claro que íbamos a sucumbir al maremoto de sonido distorsionado con los que la banda abrió sus show basado en la contundencia de las guitarras y la voz particular de su frotman. La banda andaluza formada en 2.007, azuzó a los adormilados con una suerte de heavy metal progresivo, que encandiló a los presentes instantáneamente. Temas como “Displasia Moral” con la que abrieron, “Pandemoniun”, “Aislado” o el “Beso De Judas” fueron muy celebrados. Acabaron haciendo un homenaje al maestro Ronnie James Dio con un pupurit de temas muy bien interpretados.
Romeo abrió a reglón seguido con el tema “Latidos”, y después “La Tormenta” dos de sus temas emblemáticos. Continuaron con “Lagrimas De Terciopelo” “Ahora No”, “Nada Más”, “Sobrevivir”, “Niños Tristes” y “Pedir Perdón”. La banda sonaba a veces desencajada, como si no estuviera su maquinaria bien engrasada, con compases a contratiempo, y afinación dudosa. Sin embargo, el show fue mejorando cualitativamente, y cada canción, se fue haciendo mejor que la anterior. Desaparecidos los problemas iniciales, la banda comenzó a disfrutar del show y se hizo con el dominio escénico. “El Vals Del Pánico”, “Sin Fin”, “Judas”, “En Este Abismo”, “Dame Tu Luz” y “Corazón De Tempestad” cerraron el set list del concierto. Dejaron lo mejor para el final con los bises: “Nada Importa”, “Cara O Cruz” y “Malas Artes”. Como tantas y tantas noches, Romeo brilló con luz propia, dejando patente el potencial que encierran. Espero y deseo que el próximo disco sea un auténtico bombazo que les sitúe donde merecen.
CHEMA GRANADOS