El Resurrection Fest 2014 cerró anoche una edición llena de grandes iconos de la música, más de 40.000 seguidores y un ambiente inmejorable que desafió hasta la lluvia. El cansancio tras dos días de música no hizo mella en el público que volvió a disfrutar de la mejor oferta de metal y hardcore-punk de la Península, además de los grandes contrastes estilísticos de este año con la pacífica convivencia del death punk rockero de Turbonegro, uno de los reclamos más populares del cartel, y la oscuridad extrema de Carcass, que ensordecieron a sus fans en el Chaos Stage. El Resurrection Fest de Viveiro cierra así una edición que será recordada tanto por su calidad y eclecticismo musical como por el sentido homenaje a Melchor Roel, uno de los principales impulsores del festival. …
Eran de los pocos pioneros del thrash metal californiano de los ochenta que faltaban por pisar el Resurrection Fest de Viveiro, y Testament no defraudó con su furia Old School. Clásicos como The New Order sonaron con la velocidad y contundencia habituales de los shows de la banda de Eric Peterson. También Carcass llevó su oscuridad extrema al escenario Chaos, demostrando su magisterio en las lides del death metal. Y lo de Turbonegro fue lo esperado, una divertidísima sucesión de himnos homoeróticos, sazonados con los continuos solos del guitar hero Euroboy. All My Friends Are Dead y Get It On explotaron ante la histeria del numeroso público que se congregó ante el escenario principal. También punks, pero de otro palo, fue la exhibición de velocidad y melodías de Lagwagon, aunque la fiesta concluyó con los divertidísimos Gigatron y su espectáculo a lo Spinal Tap carpetovetónico, que despidieron a los últimos valientes que sobrevivieron a tres días de la mejor música extrema.