El bajista Luisma Hernández acaba comenzar su carrera en solitario, y lo ha hecho con un disco sorprendente al que ha titulado “Soldurios” donde ha prodigado toda su creatividad a través de un heavy metal muy contemporáneo, con algún destello folck, que navega pa través de una neblina de misticismo vikingo. Luisma Hernández ostenta el honor de haber formado parte de bandas tan importantes como San Telmo, Arwen o Jorge Salán. Su carrera es de largo recorrido, siendo reconocido por muchos medios de comunicación especializados y músicos, como uno de los mejores bajistas de heavy y power metal del país. Aunque también puede sentirse cómodo en otros registros como el folk o el blues. Por tanto, se trataba de una cita obligada, ya que al afecto personal que le rindo, se sumaba la calidad de su disco en solitario, esa manera tan personal de entender el power metal, y como no, un disco impecable, bien producido y concebido, en el que han participado un elenco impresionante de músicos. Lo más importante del concierto del pasado sábado no fue la descarga monumental, y los intensos momentos tan especiales que se vivieron sobre el escenario, sino la humildad de Luisma Hernández, que cedió todo el protagonismo del concierto a sus amigos músicos que han formado parte de este sueño, dejando de lado exaltaciones personales, para centrar todo el peso y la atención del espectáculo en esa comunión tan especial con sus compañeros, lo que trascendió más allá de la emotividad. Esa generosidad que le caracteriza, es la que aviva aún más si cabe, todo ese rescoldo emocional interior que se precisa remover para componer canciones, para expresar sentimientos y conectar con el público. El resultado, una delicia metálica que encandilará a los amantes del estilo, y un mensaje fraternal, para aunar las emociones y dar vida a una obra cargada de carácter y simbolismos.
Abrió el concierto con “Ainulindaë” dando el primer vuelco de energía a una sala que comenzaba a completarse. Brutal apertura para una avalancha de potencia sobrevenida que continuó con temas como “Genio Y Figura”, “Sin Razón De Ser “y “El Talismán”. Acompañado con una banda base con Javier Oliva a la guitarra, Ando y Carlos completando el tándem, fue integrando en el plantel a muchos de los músicos que participaron en el disco y otros invitados, que se fueron intercambiando en cada canción. Alguno de los que recuerdo son: Jorge Salan Oficial, Ix valieri, Javier Oliva, Alberto García, Sele Elena, Carlos Alcalde de Lema, Jorge Domingo García, Cesar Ortiz, Nacho Ruiz Barba, Ismael Filteau, Elena Álvarez,, Isaac Palón, Ismael Gutiérrez y Miguel Rocha. Disculpas a los que olvide, porque cada uno de ellos aportó unas gotitas de su talento para engrandecer el resultado. Admirable la producción del concierto, que cumplió de forma sobresaliente los tiempos, y que supo canalizar con acierto la organización de un evento tan complicado como este debido a la múltiples colaboraciones.
Continuaron con “Sirenas”, un giño a los más pequeños presentes en la sala con una versión Disney de metal, “Rival O Autómata”, “Macho Alfa”, “Ángel Dormido” y como colofón el tema que da título a su disco “Soldurios” que cerró una noche transcendental, donde Luisma Hernández definió su talento como bajista, se elevó mágicamente con su música, y supo ofrecernos un anoche inolvidable. Le deseo una larga trayectoria, le deseo que viva con emoción cada noche, porque merece encontrar su propia luz en la música.
CHEMA GRANADOS