El pasado sábado 27 Uzzhuaïa descargó toda su potencia en la Sala Cool Stage de Madrid, en el marco de la gira aniversario de la publicación de uno de sus discos más referenciales: “Destino Perdición” publicado en 2006, y que les aupó a la primera línea del hard rock de este país. Antes de entrar en la sala un miembro de producción tomó imágenes de la gente aguardando la cola, y preguntó a los allí presentes porqué creían que Uzzhuaïa no ha llegado mucho más alto. Posiblemente para utilizar el material gráfico en un posible documental o vídeo. Las respuestas del personal fueron variadas, y siendo preguntado respondí de la única manera posible, la que me dictaba el corazón: “Llegaron a lo más alto. ¿Se puede llegar más alto después de publicar media docena de discos de una calidad asombrosa? Pues no. Han llegado a lo más alto a nivel artístico. Otra cosa es que la miopía de los promotores de rock les haya impedido estar en las citas más importantes, en los festivales de más prestigio, ya que lo merecen por derecho propio. Pero aun así, se fueron dejando una estela inolvidable. Y lo evidenció el hecho de que llenaron una sala para 500 personas. Sus incondicionales no estaban dispuestos a perderse una cita tan importante y vital como el aniversario de un discazo como “Destino Perdición”. No en vano, Uzzhuaïa ya profetizaba entre líneas lo verdaderamente importante para la banda en su canción “Blanco Y Negro”:“….Todo lo que empieza / tiene que acabar / Todo lo que sube / tiene que bajar/ pero hoy estoy aquí por ti…” Estoy aquí por ti, por todos nosotros, que es lo importante. Conectar con la gente, entrar en sus vidas y en sus corazones. Lo demás, aunque también es importante, es superable.
Impacientes, esperamos su comparecencia en escena. Una intro extraordinaria precedió a los acordes de “Baja California” resonaron grandiosos. La energía del rock lo inundó todo. La sala se convulsionó ante la que se convertiría en una noche para no olvidar. La banda sonaba como siempre, con criterio, potente y poderosa, conjuntada, y con todos sus miembros entregándose a vida o muerte en el escenario, para transmitir una suerte de energía que se impregnó en el ambiente. A continuación “Santos Y Diablos”, “Cuando Ya No Quede Nada”, “No Intentes Volver Atrás”, “La Mala Suerte”, “Fugitivos”, “La Chispa Adecuada” y “Directo Al Mar”. Gran puesta en escena de los músicos completamente motivados, solos de guitarra imponentes, y un Pau en estado de gracia dirigiendo el cotarro con profesionalidad. A continuación, “Magnifico Fracasado” y “No Somos Perfectos”, con Pau a la guitarra acústica, y a renglón seguido, sin apenas aminorar el ritmo de la máquina, otra segunda parte más intensa si cabe, con temas como “La Flor Y La Guerra”, “13 Veces Por Minuto”, “Blanco Y Negro” y la que no podía faltar en el set list, “Destino Y Perdición”. Apoteósico. A los bises “No Quiero Verte Caer”, “Desde Septiembre” y como colofón final, una de sus canciones más demoledoras “Nuestra Revolución”.
Una noche por tanto para el recuerdo y para el disfrute emocional. Y sobre todo, para el reencuentro con una banda que se clava muy hondo. Nunca volverán, aquellos que nunca se fueron. Y Uzzhuaïa nunca se fue del todo, porque el poso quedó y quedará, y seguimos, y seguiremos, escuchando sus discos. La escena rock es la que es. Las carencias, son las que son. Pero el arte, el sentimiento, siempre permanece. Bienvenidos hasta que volváis.
CHEMA GRANADOS