Era el último concierto en Sudamérica, concretamente en Estadio Bicentenario de la Florida de Santiago de Chile, y todo acabó como el rosario de la aurora. el concierto se estaba celebrando con total normalidad, hasta que un grupo de exaltados irrumpió en el escenario haciéndose con el control escénico. Esta aptitud fue recriminada por gran parte del publico con pitidos y lanzamientos de objetos para que depusieran su aptitud. Ante el alcance de los hechos la organización decidió suspender el concierto por seguridad para el publico y la propia banda, que aunque intentó mantenerse tuvo que abandonar el escenario. La banda se lamentó de lo ocurrido en su twiter oficial a través de un comunicado.