Los que bien me conocen saben que no me despiertan mucho interés los grupos tributo, de grupos que siguen en activo, y encima girando y editando nuevos discos. Tampoco los desprecio, claro está, pero para mí particularmente, sigue prevaleciendo la creatividad artística frente a la clonación. Sin embargo, el hecho de querer rendir homenaje a bandas ya desaparecidas para perpetuar su obra musical, sobre todo aquellos que han tenido una relevancia de primer orden, como es el caso que nos ocupa, no me causa especial rechazo. El hacer versión de aquellas canciones que nos han llegado al interior fuertemente, no es desestimable. Yo mismo he grabado como vocalista un disco de versiones. El caso de La Leñera es de excepción. Hace mucho tiempo que tenía noticia de esta banda, todas ellas de primer orden, y la verdad, tenía muchas ganas de verlos en directo. Además, esta banda está avalada por todos los ex miembros de Leño, lo que me llevaba a pensar que su trabajo tendría que tener un punto de interés especial. Y la verdad, es que todas esas opiniones y juicios de valor que me fueron llegando, se vieron confirmados gratamente. La Leñera, no solo hace justicia al recuerdo imborrable de una de las bandas más esenciales de la historia del rock, sino que además, revitalizan su recuerdo, con respeto, con sutileza, elegancia, y con una maestría que asombra. Son lo más parecido a los Leño originales, pero es que además, ofrecen un directo que no deja indiferente a nadie. Desde el primer tema hasta el último, el concierto se convierte en un revival alucinante con grandes dosis de realismo, contundencia y opulencia. Ni que decir tiene, que el público está entregado desde el primer tema, y que juegan con esa ventaja de antemano, pero saben encontrar el equilibro para aprovechar esa energía en su favor, ofreciendo un show intenso y vibrante. Por descontado, que todos los grandes temas de Leño están presentes, desde el inconmensurable “El Tren” , pasando por “Este Madrid” “Cucarachas” “Corre, Corre”, hasta el imperecedero “Maneras De Vivir”. Casi dos horas de pura adrenalina, en un viaje a través del tiempo, para sentir la emoción de unas canciones que nos hicieron ser como somos, y que nos ofrecieron una razón para estar vivo. Gran trabajo por tanto, que dignifica las canciones de Leño, su legado musical, y que aporta temporalidad, y ciertas dosis de inmortalidad, a una de las bandas que nos hizo creer en nuestros sueños.
CHEMA GRANADOS