Soy muy consciente de que en este país, se ha terminado la afición al rock tal y como la conocíamos hace treinta años atrás. Soy muy consciente de que el público, ya no valora la calidad de las canciones, sino esa aura de actualidad que rodea a ciertas bandas. Soy muy consciente también, que la pugna por la calidad con las bandas allende el océano, es una batalla perdida, porque ellos, inventaron el rock, y nosotros tenemos que reinterpretarlo una y otra vez. Soy consciente de todos estos gravámenes, pero también, soy consciente de que, afortunadamente, en este país hay un submundo formado por grandes bandas, grandes músicos, y como no, grandísimos compositores de rock, que aunque no tienen la aclamación popular, si es de justicia que se reconozca su valía, su creatividad y su fuerza. Muchos aficionados al rock están perdidos en un maremágnum de bandas y de oferta, y se ahogan en este enorme caudal de propuestas. No se toman la molestia de salir a respirar aire fresco. Peor para ellos. Para los que aún creemos en los valores del rock de este país, solo nos queda disfrutar de bandas como 7 Almas, una banda madrileña de hard rock entroncada con el swin más melódico, pero con una potencia que asombra.
“Nueva Tierra” es su primer larga duración, editado por la independiente The Fish Factory, y que contiene doce cortes incombustibles. Un disco profesional, planteado desde la seriedad del trabajo bien hecho, bien producido, y bien concebido. Una joya con brillo propio que alienta el espíritu, que aventa la energía, y que sobre todo, nos inunda de esperanza. Esperanza porque si este disco rezuma calidad, innovación y pura creatividad, lo que nos espera, de aquí en adelante, es un vergel de emociones intensas. Y para llegar a esta conclusión, solo es preciso más que tener una mínima cultura musical, y como no, una mínima sensibilidad, para poder apreciar todo este caudal de rock sin fisuras. Podríamos enmarcarlos en diferentes estilos, y asociarlos con referentes diversos, y nos quedaríamos cortos; así es que lo mejor es escucharlos sin estos paliativos que desequilibren la balanza. Escucharlos con el alma encendida, con la necesidad de encontrar nuevos registros sonoros. No te van a defraudar.
Abren con el tema que da nombre al disco “Nueva Tierra”, una canción intensa, redonda, con las melodías engarzadas al ritmo con una maestría increíble. Riffs perfectos y solo de guitarra cautivador. Siguen con “Donde Está Tu Amor” un medio tiempo con esencia de la vieja escuela, pero con un aire mucho más renovado. La emoción no termina, porque después viene “Esperándote” una balada increíble, de armonías deliciosas y melodía intensa. Hay más, mucho más. Porque a continuación está “Buscando” y la intensidad sigue creciendo. Un medio tiempo muy hard, con un letra donde se cuestionan la razón de ser del hombre y de la existencia misma. Que no, que no se acaba todavía. Ahora tenemos “Más Allá”, mucho más que una balada. Abren unos acordes de piano, y la voz trémula sobrevolando la estrofa. Intensidad, pulsión, y una melodía que estremece. Y caes en los brazos del estribillo, los coros arropando, el sinuoso repicar de la notas deslizándose por la armonía. La emoción ha llegado a su máxima pulsión. Y llega entonces, “Vampiros De Traje”, una canción donde describen su visión de un mundo en declive, a través de un discurso musical cargado de intensidad.
El último tramo del disco lo componen temas como “Dispuestos Y En Pie”, “Te Siento Lejos” un tema imponente con un estribillo magistral y unos coros perfectos, y después, “Allí Estaré” un melódico medio tiempo grácil y sutil, “Libre” otro tema mucho más musculoso e intenso, seguidamente, “La Diosa Del Templo” quizá la canción más acelerada y ardiente de todo el disco. Y por fin, “Amanecer”, rock & roll con impostura. Y se termina este viaje alucinante a través de un conjunto de temas de otro mundo, mucho más allá de los convencionalismos y los estándares. Un mundo que ira madurando, para fortalecerse con nuevas canciones que vendrán, seguro, a restituir la igualdad de criterios y calidades con respecto a las bandas de otros mundos. Una puerta abierta a la esperanza, de un nuevo movimiento de músicos con agallas, con creatividad, que apuestan por componer lo que les brota en el interior de sus corazones, y que no tienen miedo a ir muchos pasos más allá. Uno se siente afortunado de encontrar estas propuestas tan increíbles, que le renuevan la confianza en nuestro rock, y que hacen afición. Bandas que contribuyan a que con su música, tu vida sea diferente y única. ¿Se puede pedir mucho más? Música que emociona, que conmueve. ¿Se puede aspirar a algo más? Si los gatos tienen siete vidas, los rockeros ya tenemos siete almas para flipar eternamente.
CHEMA GRANADOS