El mundo está cambiando. Y muy deprisa. Da la sensación como si nos faltase el tiempo, aunque en realidad tal vez sólo sean excusas que nos ponemos a nosotros mismos para auto convencernos que no lo estamos perdiendo. Y sí. Perdemos mucho tiempo en nuestras vidas. Más del que quisiésemos o pudiésemos permitirnos. Y ese tiempo, queridos lectores, no vuelve. Jamás. Sí, ya sé que cada uno puede hacer lo que le plazca con su tiempo, pero también sé que cuando muera no me llevaré nada material. Sólo tiempo. Experiencias acumuladas. Vivencias. Recuerdos. Sentimientos. Todo lo que una vida pueda dar de sí. Es un largo recorrido por el que se cruzarán mediocridades y virtudes. Y es de esas virtudes, pequeñas luces en la oscuridad, de las que tenemos que hacer nuestros faros. ¿A qué ha venido este tocho? Tiene su explicación. Este tipo de reflexiones me suelen acontecer siempre que me topo con los Sínkope , su grandeza como artistas y aún más como personas (fuera del escenario) y el universo que les (nos) rodea. El buen sabor de boca que se me queda y las ganas de más hacen que no sea para nada una pérdida de tiempo. Siguen de celebración de su 25 aniversario por toda la nación, rodando con su ¡Gracias! Y están preparando nuevo material de la mano de Rock Estatal Records. El pasado 18 de Febrero, la Sala Penélope de Madrid abría sus puertas para recibir a Sínkope por segundo día consecutivo y como rezaba en un post de su Facebook con un ‘Tó Vendío’. Y es que la relación de la banda con Madrid es muy especial, revalidando lo que se vivió hace casi año y medio en la Riviera. Este segundo día fueron acompañados por los barceloneses Ekko. (El día anterior Sonotones). La banda liderada por Mark O´Reims (voz) nos trajo a Madrid su trabajo ‘Día Cero’. Melodías trabajadas y buena actitud sobre el escenario con dejes que recordarían a Marea o Extremoduro. Ofrecieron un buen repertorio que los asistentes disfrutaron a tope. Con la sala llena y el ambiente calentito, se soltaron pronto y pudieron disfrutar de un gran bolo en el que tocaron temas como ‘Si Llega El Día’, ‘Sanseacabó’, ‘A Qué Has Venido’, ‘No Existe El Miedo’, ‘Cada Madrugada’, ‘Mil Abrazos’, ‘Bajo La Piel’, ‘Ramajes’, ‘Paz Y Gloria’, ‘Para Nada’ y ‘Hasta El Último Aliento’. Tras ellos, subieron Sínkope. Vito, Maikk, Alberso, Ferdi y Woody lo dan todo desde el momento que empiezan hasta que acaban con su show. Están en muy buena forma y eso se traduce en varias cosas. Buen espectáculo musical en el que el público es completamente partícipe. De hecho, es una de las bandas que he visto que tienen un tan fiel grupo de seguidores (Sinkoper@s) que no se pierden ni uno de los conciertos. Litros de sudor. Tanto la banda y los asistentes acabamos empapados en sudor. Esto quiere decir que cuando un grupo es capaz de hacer que una sala entera baile y no pare de moverse es porque algo están haciendo bien. Es el merecido premio a quienes llevan tanto tiempo currándoselo a golpes de putada, kilómetros y mucho rock and roll, como ellos dicen : ‘Extremeño y pobre’. Justo como yo. Pero a su vez , de una gran riqueza que nos impregna de esa luz de la que hablaba antes. Y esa luz es la que transmiten sobre el escenario. Una actuación cojonuda, la verdad. Además, remarcar y aplaudir los cambios en el repertorio, haciendo la experiencia más dinámica. Nos ofrecieron temas como ‘Tirando De Rama’, ‘Romance De La Luna Gitana…’, ‘Encanutao’, ‘De Cháchara Con La Luna’, ‘Llamando A Mi Bruja’, ‘Moriría Por Ti’, ‘Cuando No Te Pones Falda’, ‘Donde El Viento Se Acuesta’, el tema inédito ‘En Parihuela’, ‘Y Pare Madrid’, ‘El Carro De La Vida’ y cerraron guardando todos los recuerdos de una noche mágica ‘En Tarros De Miel’. Como siempre, no defraudaron y demostraron por qué son una de las bandas más grandes de este país. Y como os suelo decir, si tenéis ocasión de verlos, no dudéis en pillar pronto las entradas, que con esta gente vuelan.
REPORTAJE FOTOGRÁFICO Y TEXTO: PEDRO MULLOR