ESTALLÓ LA MASCLETÁ
Los valencianos Corazones Eléctricos recalaron en Madrid para presentar su primer larga duración, un disco homónimo donde ponen todas las cartas sobre la mesa. La banda se formó en 2015 tras la parada de Uzzhuaïa, una de las más grandes bandas de hard rock que ha concebido este país, y que lideraba Pau Monteagudo. De entre esas cenizas se levanta este proyecto, con el propio Pau Monteagudo a la guitarra y voz, Kako Navarro al bajo y voz, y Miguel Giner a la batería. Rock potente con influencias anglosajonas, estribillos bien definidos, y canciones directas que enganchan de inmediato. El disco ha tenido una excelente acogida en los medios especializados, y las expectativas, por tanto, eran grandes. La impresión fue inmejorable, lo que refuerza las expectativas de cara al futuro de esta banda que sabe muy bien el terreno que pisa. Para la ocasión eligieron al grupo Gallos como invitados para abrir el show. Grata sorpresa. Desconocía por completo la existencia de esta banda y quedé gratamente sorprendido. Rock & roll directo y potente, con algunos destellos que me recordaban a AC / DC a veces, a Chuck Berry otras, o al rock más primario. Ellos en su Facebook oficial definen su música como “…Gallos es una banda de Rock and roll y punto…” Pues eso, buen rock & roll, mucha energía y una aptitud sobre el escenario que ya la quisieran muchos para sí. Me hicieron gozar de verdad. La banda la compone Nacho Carvallo a la guitarra, Laura Solla a la guitarra, Alex Ruiz al bajo y David Arcos a la batería. Abrieron con “Miss Tequila”, “Volver”, “Ahora Donde Voy” y “Baby”. Debo decir que tras esta descarga sufrí un repentino shock de decibelios. Espectaculares, bien situados en el escenario, y un Nacho Carballo, en estado de gracia, ardiendo a lo bonzo mientras aporrea las cuerdas de la guitarra con total pasión. Pasión desbordada que continuó con “Puede Ser”, “Tal Vez El Rock & Roll” y para despedirse del público “Pelea De Gallos”. Una puesta en escena muy enérgica, muy rocanrolera, muy auténtica. Una pasada. Espero que esta banda encuentre un hueco en la escena, aprovechando el tirón que parece que va teniendo el rock & roll, con bandas como Los Zigarros que han conseguido poco a poco meter la cabeza. Espero que Gallos tengan su oportunidad porque la merecen por derecho propio.
A continuación, entre el mar de neblina del humo sintético, fueron apareciendo las figuras de Pau, Kako y Miguel para atacar con “Intentando Respirar” el penúltimo corte de su disco. Buen sonido, buena presencia y mucho denuedo. Continuaron con “Kamikazes”, “Volver A Empezar”, “El Coleccionista De Fronteras” o la versión “In Me Head”. Tras esta primera ráfaga, el grupo parecía algo plano y dubitativo, aunque bastante resolutivos con la voz de Pau Monteagudo rompiendo moldes. Sin embargo, a medida que iban avanzando en el set list fueron creciendo, imprimiendo mucha más pasión, más músculo, con temas como “Océanos De Flores”, “Cama De Faquir” y Baile De Salón”, donde ya definitivamente llegó la explosión, y la banda entró en éxtasis para deleite del público congregado. La energía se desbordó, y se elevaron por encima de todo y de todos. Siguieron con una versión de “Helter Skelter” y en tramo final “RockaWilly”, “Camino Al Sur”, “Todo Me Recuerda A Ti”, y como colofón, “Fuera De Si” para un final sobresaliente. La mascletá. Espectacular la imagen que dejan en el corazón el reino. La banda encara una gira de presentación con varias fechas cerradas, y a buen seguro que dejarán un recuerdo imborrable en cada una de ellas. Por tanto, una banda con mucho futuro, aunque en el mundo del rock el futuro es tan incierto como irreal. La ilusión, nunca se pierde. Es un pecado perderla para todos aquellos que nos subimos a un escenario para dejar nuestro ser, aunque los tiempos sean devastadores. Ilusión y pasión, dos drogas esenciales para realizar felices este viaje. A ellos, seguro que después de tantos años de recorrido, les sobran ambos sentimientos. «Bon viatge. I molta sort.»
CHEMA GRANADOS