UNA NOCHE PARA RECORDAR
Antigüa concluyó su gira “5.2” de la mejor manera posible: rodeado de amigos y de fieles seguidores. Una fiesta de celebración en toda regla. Una noche para recordar. Un recuerdo que permanecerá vivo durante mucho tiempo, junto con aquellos otros muchos vividos. Y es que Antigüa posee esa capacidad para emocionar tan severamente sincera, que es imposible desprenderse de las emociones vividas. Calan hondo en el interior, regeneran la esperanza, estimulan la pasión. La música, y el rock en particular, poseen el don de remover los rescoldos del alma, para ofrecernos la posibilidad de ser felices con algo tan inmaterial como una sucesión de notas. Antigüa ha ido cosechando en silencio y con trabajo, un interés que va cada día a más. Su carrera por tanto, es ascendente. Se mantienen fieles a las directrices creadas en 2010 cuando publicaron su disco de presentación “13 Razones Para Seguir”, y seguro que por el camino han ido encontrando muchas razones más para seguir puliendo la ilusión primigenia. Son músicos de desarrollo profesional, y han sabido como nadie sortear los escollos para abrirse paso con inteligencia y corazón. Su último trabajo “5.2” pone de manifiesto su madurez como banda, y sus directos han ido creciendo progresivamente, al tiempo que la banda ha ido acoplándose con eficacia. Muchos fueron los que dudaron de su longevidad, pero a día de hoy, resulta indiscutible el progreso. Al menos, mientras el cuerpo y la ilusión se mantengan intactas. Por todas estas razones, el concierto del pasado sábado 5 de Mayo fue transcendental para la banda. Fue en cualquier caso, un evento para reafirmarse, para desfondarse en el escenario a base de energía y rock en estado puro. Atrás dejaban una sucesión de fechas por las principales ciudades del país, y la noche se convirtió, en un acto de reafirmación, en una fiesta que terminó en bacanal de emociones. Para la ocasión, plantearon un show dividido en dos partes. Una acústica, con Juan Olmos en solitario sobre el escenario, interpretando en formato acústico un midley de canciones conocidas por todos. Brillante estrategia, ya que mientras la sala se iba completando con los últimos rezagados, los más madrugadores pudieron disfrutar del talento de un Juan Olmos en estado de gracia. La segunda parte, y principal, se dio lugar cuando la sala ya estaba casi llena. Abrieron con “Mientras Caiga De Pie” uno de los temas incluidos en su disco “Sangre, Sudor y… Buen Rollo”. La banda al completo se entregó sin reservas a darlo todo, sin concesiones, imprimiendo energía y decibelios a partes iguales. Pronto la escena se convirtió en una olla a presión, en metralla que se dispersaba por toda la sala. A continuación, “Trigo Limpio” de su último disco “5.2”, y luego “Un Suspiro Es Todo El Tiempo”, “Por Una Vez”, “Si Te Vas”, “Siempre Sonreiré” y “Papel Mojado”. Fue una noche de colaboraciones, con un elenco de artistas de primera línea: Leonor Marchesi, Dani Fernández, Guillermo Fernández, Javier Mira, Nacho Ortiz, Star Mafia Boy, Carlos Pina, José Luis Rodríguez Morcuende y Jorge Orlando Vilches. Esta pléyade de estrellas contribuyó a realzar aún más la escena. También interpretaron “Vuestro Ego, Nuestro Pan”, “Luz” la incombustible “Quiero Volar”, “Tu Sangre Me Sienta Bien”, “Rock & Roll Business”, “Se Olvidó La Lección”, “Reina De La Noche” y “Que Empiece El Show” una de las canciones emblemáticas de la banda, que cerró una noche clamorosa. Queda digerir el poso de la experiencia vivida, y degustar ávidamente el recuerdo, una y otra vez, a la espera de un nuevo show. De momento, seguiremos fieles a su música, paladeando cada canción con la pasión que siempre imprime el rock & roll. En este mundo inhóspito del rock, nadie sabe a dónde va a llegar, ni siquiera existe una hoja de ruta razonable que conduzca al éxito, porque el éxito no está en la popularidad, sino en el crear canciones que nos definan y que nos hagan mantener al ilusión de que es posible. Día a día, año a año, incansablemente. Larga vida a Antigüa.
CHEMA GRANADOS