Miss Octubre surgió en 2014 como una especie de Frankenstein elaborado con partes de varias bandas: una parte de Barricada, tres partes de Lilith y una de Dickers. El conjunto no resultaba monstruoso sino versátil, porque el resultado fue un disco espectacular que nos dejó boquiabiertos “Día 1”, un trabajo donde marcaron las pautas de un proyecto que, a priori, parecía ser un ensayo arriesgado e incierto, pero que concluyó como una banda sólida que tenía muchas cosas que decir y que contar. Quedó patente que el hilo con que estaban cosidas las piezas cicatrizó convenientemente. Una extensa gira por salas, y dos videoclips con más de 100.000 visualizaciones, acabaron por consolidar el proyecto como una espectacular alternativa a la mediocridad vigente en la escena, y sobre todo, como el comienzo de una carrera de fondo que ha ido superando escollos para refulgir con luz propia. En el disco encontrábamos multitud de trazas de las bandas que conforman el pequeño Frankenstein. Algo normal y lógico. A la fuerza de Barricada, se solapaba la crudeza afilada y enérgica de Lilith, y ese melódico impacto de Dickers.
Vuelven una vez más un nuevo disco con título sugerente y reflexivo “Demasiado(s) Humanos”, publicado por Rock Estatal Records y producido nuevamente por Iker Piedrafita en su estudio El Sótano de Artika (Navarra). El resultado vuelve a ser espléndido dentro de un concepto de rock directo y musculoso, un rock sin cortapisas que trata de hacer incisiones profundas en las conciencias, y de zarandear las almas de aquellos que se atreven a encontrarse de frente con el vendaval de riffs distorsionados y punzantes, amalgamado con el protagonismo de una voz personal e incombustible, que electriza las neuronas y agita el alma. Escuchar este disco es como una especie de terapia por electroshock, que termina por metamorfosearse en un bálsamo que cura heridas y restablece la animosidad.
Este disco ha sido grabado con nuevos componentes: Franklin al bajo, anteriormente en Ktulu, y Enric Álvez a la batería, (que ha formado parte de varias bandas de Barna), que se han unido a Agnes Castaño a la voz solista, Alfredo Piedrafita a la guitarra, y Albert Llorente a la guitarra, para formar un tándem sólido y compacto que han conseguido elaborar un sonido propio y vigoroso. Hay varias cosas que destacar a priori: La primera, es el excelente trabajo de Oscar Sánchez Soldevilla en el Artworks del disco, muy cuidado e impactante, así como las fotografías de Marcos Senosoain que reflejan el concepto de disco a la perfección. Otra parte son las letras, donde Agnes Castaño refleja sus inquietudes, desasosiegos, sentimientos y emociones con esa fiereza revestida de sensibilidad tan característica; y finalmente, la parte musical que progresa y una vez más.
El disco contiene 13 cortes, que aunque siguen un patrón argumental claramente diseñado, tienen cada uno de ellos identidad propia. Destacaré aquellos que en mi opinión sobresalen algo más, y dejaré el resto para que el lector los descubra por sí mismo. Abren el disco con el tema “Sombras En La Noche” donde la contundencia de la base rítmica se solapa con un riff vigoroso, a la que se une la voz de Agnes para encontrar el punto álgido en el estribillo, donde la letra sentencia: “…Nadie vendrá a tu funeral, lo mejor al final / somos sombras en la noche…” es rock duro, con instantes palpitantes de un punk contemporáneo que crepita. “Usar Y Tirar” el corte número tres, es una bellísima canción de rock, sensible, bien estructurada, pero con un mensaje imperioso, donde la base rock se estimula con la voz trémula, y un deseo subyacente de ser perdonado “…Yo te pido perdón, Perdón! / Ahora que todo acabó sé que tengo que ser yo…” aderezado por un solo de guitarra brillante. “Némesis” es un tema que me recuerda a Lilith en algunos tramos, pero cuya traza se va diluyendo a medida que el tema crece. Tiene mucho punch, un remolino de sensaciones que se van atesorando: “…La justicia en la tierra / Tu némesis particular…” nuevamente, nos muestran su lado más innovador, con una producción impecable, y un solo de guitarra que quita el hipo. “Quiero Ser Agua” es un tema plácido, un medio tiempo incandescente, donde la voz de Agnes flota como una voluta de niebla. Mantiene el palpito, es intensidad bien entendida: “…Quiero ser agua, saber siempre quién soy / si sea mar o sea lágrima…” “Frío Cadáver” es un rocanrol a tumba abierta, que va subiendo en intensidad, con varios cambios de tempo, y unos riffs de guitarra muy logrados “… Y allí dejaste frío cadáver / yo solo quería acción, tu algo mejor / en cada escaparate…” Cierra el disco “Libres Y Malos” quizá el tema más diferente de todo el disco, donde forjan una declaración de intenciones en medio del fuego cruzado de la contundencia y el rock más pesado “…Este pueblo es nuestro, somos el caos, libres y malos…”
La sensación final tras la escucha del disco es gratificante. Paladeas cada nota, sientes una sensación de energía cósmica increíble, de haber encontrado una formación que apuesta por ir más allá, y transformar el rock en un producto tan personal como afectivo. Porque todo ese conjunto de sentimientos en bruto se transforman, mágicamente, en emociones profundas. Un gran avance en conjunto, un peldaño más en la escalera, evolución, y renovación a partes iguales. Un disco imprescindible, necesario para encontrar nuevos caminos en el rock. Un puñado de canciones que dan luz y vida, entre las sombras espesas que dominan la escena. Una luz, que como un faro, nos guía hacia un nuevo mundo. Aúpa Miss Octubre!
CHEMA GRANADOS