QUE NOCHE LA DE AQUEL DÍA
Parafraseando a los Beatles, hay que señalar que la noche del día 2 de febrero marcó un hito en la historia de este grupo madrileño, y que su recuerdo quedará tatuado indeleblemente en sus mentes y en sus almas. Y no es para menos. Una sala rebosante de fans, con un ambiente cálido y entrañable, y una entrega apasionada. Cualquier músico sueña con una noche así, y para ello se trabaja con ilusión, esfuerzo y sacrificio. Y ellos le pusieron mucha ilusión, a juzgar como estaba planteada la producción del concierto: púas conmemorativas, un sistema de luminotecnia especial, fuegos artificiales. Mucho cariño y empeño en ofrecer lo mejor de si mismos, y esto, se agradece de corazón. Además, su puesta en escena fue excelente, con la banda volcada sobre las tablas a muerte. Presentaban su tercer disco “Miedo”, un trabajo al que la prensa a laureado de forma unánime como su mejor trabajo. Aunque para mi, su mejor trabajo son el conjunto de todos sus trabajos. Estoy de acuerdo que este último álbum muestra un avance significativo, pero no es el mejor de todos. El mejor, son todos. Porque si algo tiene Sinestress es que es una banda que compone buenas canciones, que dominan la melodía y el rock de una manera tan personal, que cuantificar como el mejor alguno de sus trabajos es arriesgado. Canciones como “Las Botas Gastadas”, “Contracorriente” o “Años De Rock” de sus anteriores álbumes, son temazos increíbles. Digamos que este nuevo disco, es un paso más allá en su propia genialidad. En cualquier caso, y salvado este debate, la banda ha entrado en trayectoria ascendente, y seguramente, sus futuras canciones irán a la búsqueda de más ingenio, más frescura y mas sentimiento. A las nueve en punto de la noche la intro de “Grito Del Silencio” y los intensos riffs subsiguientes, abrían una noche mágica cargada de intensidad. El público reaccionó con júbilo, entregándose a una bacanal de emociones. Seguidamente, “Mi Vida Entera En Este Bar” de su disco homónimo, “Exiliado del Mundo”, “Un Mundo Sin Ti” de su disco “Fase 2”, “Pequeño Héroe”, “Entre Tú Y Yo” con la colaboración de la extraordinaria cantante Ana Garcol, y “Miedo”. En este momento la sala ya era un hervidero. La banda se había apoderado del espacio con su poder de conexión, y la empatía reinaba sobrevolando como un ánima maravillosa. Emociones implacables que se hacían patentes con temas como “La Banda Del Turco” para recordar su segundo disco, “Me Ensañaste A Andar”, “Solo Queda Luchar”, “Huye Conmigo”, “Solo Queda Luchar”, “Huye Conmigo”, “Reina De La Suerte”, “América Latina”, “Lluvia”, “Sobran Las Palabras” y para terminar el show, “Haz Que Todo Se Detenga” tema que encadenaron a “Años De Rock”. Arrebatador. Pero tras ese derroche de rock y emoción, el público aún reclamaba un poco más, una vuelta de tuerca que aún les mantuviera flotando de ensueño, y entonces, llegaron los bises con “Guerra Sin Cuartel”, el increíble “Lejos De Todo” y la traca final con “Las Botas Gastadas” y fuegos artificiales en el escenario. Una pasada. Caída el telón de una noche eterna, emocionante, sobre todo para aquellos que un día descubrirnos la luz de su música, y la hicimos propia. Para los que sentimos hondamente esas melodías intensas y el fragor de sus riffs, para dejarnos llevar a otro mundo, como en un sueño sempiterno, como en un palpito de vida que nunca se acaba. Donde el tiempo se detiene, donde el sueño es realidad, y donde el espacio está inundado por el ardor de su mensaje. Gratitud por dar vida a esas canciones que nos acompañan, que nos hacen la vida mucho más feliz, por haber sido participe de esta noche que no olvidaremos. Ahora, queda seguir caminando, paso a paso, con la certeza de que tienen el rumbo asegurado, con la misma ilusión y la misma entrega, porque mientras suene su música hay esperanza.
CHEMA GRANADOS