Yo he sido contumaz defensor y fan del rock andaluz, sobre todo en aquellos años 80 donde grupos como Guadalquivir, Alameda, Imán, Triana o Medina Azahara hacían las delicias del público con aquellas canciones de eternas melodías. Fue una época donde tuvieron el reconocimiento del público, lo que les procuró oxígeno para poder desarrollarse. De aquella época solo quedan los Medina Azahara, que hace cinco años iniciaron un importante repunte de actuaciones y de presencia en la escena estatal. La banda que ahora nos ocupa transforma toda aquella herencia recibida, para dar forma a un proyecto donde se aúnan muchos estilos, y donde el rock andaluz adquiere una nueva dimensión, porque, aunque imagino que ellos miraran aquellos tiempos de sus compañeros con respeto, tienen una visión mucho progresista y conceptual de la realidad andaluza. Ellos se definen a si mismos como una banda de Metal Sinfónico Andaluz, etiqueta esta que define perfectamente su perfil, aunque hay también muchas trazas mozárabes y melodías de rock progresivo. Por tanto, estamos ante una formación sustentada en la calidad de la estructura musical, el continente y el contenido, con una vocalista Ángela Mesbailer de voz luminosa, con ciertos matices líricos y aire de cante, profundos agudos que se enredan como volutas de luz en el plano de voz. El combo lo completan Antonio Ortiz al bajo, Carlos M. Calvente a la batería, Juanjo Mesbailer a la guitarra y la segunda componente femenina Zoraida Vidal a los teclados.
El conjunto tengo que decir que suena brutal, con los clásicos riffs metaleros como seña de identidad, a los que se suman las escalas rápidas y los giros con carácter andaluz y mozárabe, aunque también hay arreglos de piano, melodías y armonías de primer orden. Acaban de publicar este disco “Entre Ríos” producido brillantemente por Antonio Ferrara en su propio estudio de grabación, menos la pista de la batería que se grabó en FJR estudios de Granada. La portada del disco es obra del famoso diseñador Fernando Nanderas.
Me gustaría describir tema por tema este disco, pero sería una pérdida de tiempo inútil, porque las palabras nunca llegarían a definir con tanta perfección la grandeza de estas canciones, aunque como guía, habría que decir que Saedín ofrece una versión tan personal del concepto andaluz del rock, que me quedaría corto en cada comentario. Desde esta modesta tribuna, y los que me conocen saben que yo nunca miento, me gustaría rogaros que escucharais el disco, que hicierais vuestras estas canciones profundas, robustas y emocionantes a partes a iguales. Este embrujo granadino entrelazando melodías con riffs metaleros, y esa voz de embrujo que se mece en la copla y el agudo principal. “Entre Ríos”, “Corazón Nazarí”, “Mala Hierba” me han llegado al alma. Como espero que os llegue a vosotros porque esta banda merece unos minutos de atención que a buen seguro se convertirán en eternos. Toda esa expresividad con historias de amor y vida. Toda la esencia de la Granada que adoro, todo ese poso de grandilocuencia del Albaicín y la majestuosidad del Sacromonte, unidas a la potencia del metal más poderoso, a la fuerza incontenible, hace que Saedín sea uno de los descubrimientos del año que templan el corazón y engrandecen el alma.
CHEMA GRANADOS