Antigua registró en vivo y en directo este disco para reivindicar el rock más vitalista y su identidad más acendrada, pero también, para aunar el esfuerzo de su trayectoria con la pasión que le ponen a todo lo que hacen. Su bagaje está marcado por la originalidad, y por haberse atrevido a reescribir la historia del rock de los ochenta ofreciéndonos su visión más brillante. El disco se grabó en la mítica Sala Excalibur, en el corazón del barrio de Vallecas, donde se dieron cita todos sus incondicionales, que como se demostró, son muchos, ya que colgaron el cartel de “solt out” vendiendo todo el papel. Hay que destacar que el disco recoge con gran precisión la energía de su directo, y esa pulsión tan particular que les convierte en una banda de culto. A lo largo de los años, esta banda de Vallecas ha ido caminando lento pero seguro, con algunos cambios en su formación original, que han ido subsanando con nuevos miembros, que para su fortuna, han entendido a la perfección la filosofía musical de la banda. Por tanto, puedo afirmar sin temor a equivocarme, que este disco confirma la madurez de una banda que apostó por encontrar su propio sonido abundando en el rock ochentero, en el rock con toda la esencia, obtenido gracias a la destilación más escrupulosa que pueda imaginarse, dando como resultado a una especie de híbrido entre lo antiguo y lo moderno. Su música enamora, engancha, se hace propia de inmediato, te carga de una energía vitalista tan pertinaz, que te transporta más allá de los convencionalismos al uso. Fue una noche intensa, sobre todo para todos aquellos que seguimos con devoción la estela de la banda por los numerosos escenarios en donde la banda ha dejado su impronta maravillosa. Directos contundentes, y hasta dotados de un romanticismo basado en los efluvios de la autenticidad más veraz. El disco, lo componen catorce cortes de sus diferentes discos publicados, más un bonus track titulado “Somos Nadie”, un tema impresionante y reflexivo, con el que la banda han querido cerrar un disco memorable, que quedará para siempre como un documento imprescindible para los fans del grupo. La voz y el liderazgo del vocalista y frontman Juan Olmos, se patentiza en su registro vocal intenso, cargado de matices, irreverente y mayestático, y esa forma en que Juan Olmos convierte una simple nota aguda en un brillante destello vocal, que se retuerce en un alarde de técnica, que es más un latido del propio corazón. El recuerdo del show permanece completamente vivo en mi memoria, porque es indeleble, y porque se ha cosido en mi interior con puntadas de acero. Quizá sea difícil de comprender tanto simbolismo emocional, pero para los que fueron espectadores de aquel delirio, de aquella noche mágica, es algo común que forma parte de sus vidas. Todo lo que recibimos a través de esas canciones imponentes, es imperecedero, por tanto, Antigua es mucho más que rock bien entendido, es una pasión que se refrenda en cada show; es una suerte de vitalidad tan imponente, que la devoción es el elemento comunicativo más evidente. Devoción y admiración a partes iguales. En el set list no faltaron las canciones más representativas de su trayectoria como “Por Una Vez”, “Solo Soy Un Sueño”, “Que Empiece El Show”, “Si Te Vas” o “Quiero Volar”. Además, contó con las colaboraciones de la vocalista Angelita Gómez en el tema “Luz”, “Rock & Roll Business” con Star Mafia Boy, o Orlando Vilches en el tema “Mientras Caiga En Pie”, y dos versiones de excepción “Es Nuestro Momento” de Asfalto y “Reina De La Noche” de Miguel Ríos. Por tanto, un disco que recoge con total fidelidad la esencia de la banda, todo ese legado maravilloso que van aportando al rock nacional, y esa belleza tan emotiva con que nos abrazan en cada show. Un regalo invalorable que debemos de preservar como una joya íntima, que siempre nos acompañará en nuestras vidas.
CHEMA GRANADOS