Después de tantos fines de semana de lluvia, parece que por fin el tiempo nos dio una tregua y nos ha regalado un par de días de calor. Esto me hace pensar en mi anterior reflexión acerca de la excusa que podrían tener aquellos que aseguran “amar” el rock y sin embargo no acuden a las salas donde se realizan los conciertos. Este hecho me lleva a la conclusión que las bandas nacionales no cuentan con el apoyo que deberían por parte del público local en pos de las bandas de fuera. ¿Por qué ocurre esto? En realidad no lo sé y merece un profundo análisis. Lo que sé con certeza es que las bandas de aquí derrochan ganas, talento e ilusión y la mayoría de las veces deben contar con sus propios medios y recursos para ofrecer un buen show en salas con cada vez menos afluencia de público. Si bien es cierto que hay muchísimos grupos y parecidos también es cierto que todos y cada uno de ellos merecen contar sus historias, puesto que lo que transmite y une el rock bien merece ser escuchado, principalmente por la salud de nuestra escena nacional, la cual debería ser más mimada. Aún todo y con eso merece la pena acudir a estos conciertos y ver que por lo menos, el público que asiste disfruta y a fin de cuentas pasa un rato de diversión y buena música, como en esta ocasión. Abrió el concierto la banda madrileña Arkgabriel, presentando a su nuevo batería Fran y con tan sólo seis ensayos a sus espaldas. Tras un comienzo un poco atropellado debido a problemas técnicos con la guitarra, la banda supo sortearlos y hacerse con la situación. Poco a poco fueron animando a un público frío en principio , pero Juanki Álvarez (cantante) se encargó de ello haciendo partícipe a los asistentes con su sonido heavy metal melódico interpretando temas como ‘Gritaré’, ‘Érase una vez’ y ‘Donde Mueren Los Sueños’ (que da nombre a su segundo disco) o ‘Luchador’ y ‘Navegante’, canción del primer disco para la cual contaron con la ayuda de su anterior batería, que tocaría con la banda por última vez, en un final de actuación emotivo y en el que pasó el relevo definitivo. La actuación duró unos cuarenta minutos, demasiado corto para mí gusto, pero entiendo que eso forma parte más del entramado de la organización que de ellos. La valoración es positiva Buenas letras y buena música. Tras ellos, salieron a escena el grupo logroñés Black Desert, con una puesta en escena más que correcta. Muy buena actitud en el escenario sobre todo por parte de su cantante Isabel Bermejo, que le pone unas ganas increíbles. Tiene una cara bonita, pero su voz es aún mejor. Fan confesa de After Forever, podría haber quién buscase la odiosa comparación. La diferencia grande y fundamental es que a ella la podemos disfrutar aquí y su voz casa muy bien en los temas metal con tendencias étnicas que la banda ofrece llegando a ser hipnóticos. Presentaban su nuevo disco ‘The Road Is Open’ e hicieron las delicias de los asistentes con la sala a medio llenar con temas como ‘Demonios’, ‘Red Hour’, ‘Nor Me Nor You’, ’64 Bones’ y temas de su primer disco ‘The Begginning’. Pese a ser la primera vez que actuaban en Madrid se les dio muy bien, tanto en el apartado técnico como musical y el público quedó encantado durante los 45 minutos que duró la actuación. Pero quedaba por llegar el plato fuerte de la noche. La banda de La Rioja Zenobia, celebrando junto a sus seguidores su décimo aniversario. Una buena puesta en escena en la que Jorge Berceo y Víctor de Andrés se lucieron, haciendo cómplices al público de su espectáculo. Con su heavy metal fresco y desenfadado cautivaron. Lo pasaron bien y lo hicieron pasar bien con un buen repaso a estos diez años con temas como ‘Luchando Hasta El Final’ ‘El Sueño De Un Loco’ ,‘Tempestad’ ,‘Ícaro’, ‘Supernova’, ‘Lo llevo en la sangre’ y ‘Unidos por el metal’. Tras un parón, el público comenzó a corear una estrofa de ‘Lo llevo en la sangre’, por lo que la banda volvió a salir y remató un concierto redondo. Durante 90 minutos supieron darlo todo y demostrar por qué es una de las bandas que goza de mayor tirón dentro de la escena nacional. Al finalizar, hicieron gala de su cercanía a sus fans que pudieron charlar con ellos y hacerse fotos. La conclusión final es que este concierto era una de las apuestas más atractivas de este otoño y sin embargo no se consiguió llenar la sala entera. Una verdadera pena, porque como he dicho anteriormente, nuestras bandas tienen ganas y mucho talento. Así que desde aquí animo a todos aquellos que no hacen más que buscar excusas y se decidan a asistir a los conciertos. Nuestras bandas nos necesitan. Es lo justo.
TEXTO Y REPORTAJE FOTOGRÁFICO: PEDRO MULLOR