Resulta gratificante en los tiempos que nos tocan vivir, encontrarse con discos tan extraordinarios como este “Corazones Eléctricos”, el primer álbum en estudio de la banda del mismo nombre. Y digo gratificante porque tras la escucha de este trabajo a uno le inundan muchas sensaciones especiales, amén de una suerte de esperanza, porque al parecer, existen músicos en nuestro país que son capaces de ir un paso más allá dando forma a canciones con intensidad, brillantez y entidad propia. En una escena abarrotada de clones, tributos y trabajos sin sustancia ni coherencia, hallar un diamante como este es de agradecer. Mis loas tienen justificación, y no son gratuitas. Son merecidas por derecho propio como veremos a continuación. Hagamos antes una síntesis breve de lo que es la banda. El proyecto lo forman músicos veteranos. Pau Monteagudo a la voz, guitarras y teclados, quien fuera el frontman de la banda Uzzhuaïa, una de las grandes formaciones de hard rock que ha parido este país, ya desaparecida por desgracia. Kako Navarro, al bajo y coros, que proviene de Delaire. Y Víctor Través, batería y coros, anteriormente en SoulDocks. La banda se forma en 2015, pero no es hasta este mismo año que conciben este disco que nos ocupa, y que se grabó en sesión de directo en los Elefante Estudios por Manuel Tomás. Para que se ubiquen ustedes: influencias de Led Zeppelin, The Who, Queen, Rolling Stones, Tom Petty, Brian Setzer, Social Distortion, The Hellacopters, Stereophonics, Raconteurs, Manic Street Preachers, Stone Temple Pilots, Vintage Trouble… y podríamos seguir. En primer lugar, me gustaría remarcar que yo personalmente no soy muy proclive a las formaciones power trio, ya que el sonido de muchas de ellas se me queda algo hueco y sin cuerpo. Como en todo en la vida, hay excepciones que me hacen dudar de mi propio criterio. Y una de esas excepciones es Corazones Eléctricos, que consiguen darle a sus canciones no solo capacidad, compresión y una presencia envolvente fascinante y precisa, sino que además suenan magníficamente. De hecho en declaraciones a la prensa dijeron de sí mismos: “…Somos tres, pero sonamos como si fuéramos cinco…” Pues eso.
Abren este plástico con “Camino Al Sur” un tema de rock & roll con muchos matices brillos propios y un estribillo placentero. El tema que le sigue “Cama De Faquir”, del que han producido videoclip, entra en la misma tónica, pero esta vez con riffs ochenteros de gran intensidad. Un guitarreo radiante, y una base rítmica de vértigo. La voz de Pau se mantiene incombustible, cargada de matices y agudos bien perfilados. Con “Fuera De Si” llega la locura y los riffs tenaces que envuelven todo el desarrollo del tema, confluyendo con un estribillo lustroso. Seguimos con “Volver A Empezar” un medio tiempo sinuoso y con guitarras con mucho punch. “Baile De Salón” discurre entre la melancolía y los arpegios que enhebran el cálido discurso de acordes intensos. Terciopelo y cuero unidos en un mismo cuerpo. Con “Rockawilly” entramos en el ecuador del disco, y a estas alturas, ya estamos completamente enganchados a los argumentos que la banda propone. Este es un tema misterioso pero con un tempo que te hace flotar. Podría seguir desmenuzando tema por tema, pero yo personalmente le rogaría al lector que en este punto corriera a escuchar este disco sin más dilación. Las palabras hasta este instante me han servido para poner en antecedes del contenido de este trabajo. Pero quizás nos sirvan para describir las emociones que se sienten tras la escucha de este disco, y que son una experiencia personal. Ahora ya sabes en donde te vas a meter. Y ahora eres tu quien debe experimentar, sentir y vivir este disco como se merece, con intensidad, dejándose llevar y disfrutando al máximo de todo este conglomerado de sonidos, de unas letras que merece la pena pararse a asimilar, y de un rollo que te va a emocionar. Este disco de presentación me hace comprender que el desarrollo de este proyecto va ser a largo plazo, y espero y deseo encarecidamente que obtenga el apoyo mayoritario del público, porque es un producto de calidad, y sobre todo, más allá de los convencionalismos, un disco para sentir muy dentro.
CHEMA GRANADOS