ESTALLIDO DE ROCK & ROLL
Mclan ofreció el último concierto de su gira “Delta” dentro de la programación del Inverfest Festival, en el marco incomparable del Teatro Circo Price de Madrid. El show echaba el telón a un capítulo brillante de su trayectoria antes del anunciado parón de dos años. En ese tiempo la banda se propone embarcarse en un descanso merecido, amén de trabajar en lo que será su próximo disco. Como es habitual en la banda, ofrecieron un show brillante, cargado de intensidad y músculo desde el minuto uno, un espectáculo de rock & roll integral que convirtió el espacio del teatro en un hervidero de emociones y en un estallido controlado de rock sin cortapisas. La banda se ido construyendo un espacio propio a lo largo de su dilatada trayectoria, a base de constancia y trabajo profesional, lo que le ha convertido en una banda de referencia. El camino no ha sido fácil, mal que les pese a los agoreros inquietantes, ya que su trayectoria ha estado marcada también por su particular travesía del desierto, cambios de formación, y escollos que han ido salvando con pasión y amor por el rock. Para muchos adoctrinados ortodoxos, su trabajo está relacionado con el mercado más comercial, sin embargo, basta analizar detalladamente sus canciones para entender que son una banda de rock & roll autentica, sin mácula, que se mueven en el ámbito del rock sureño americano y el rock & roll más tradicional, pero pasado por su personal tamiz. Un amigo me dijo una vez que Mclan son los Rollings Stones españoles. No estoy seguro de que esta apreciación sea plausible, en todo caso, hay mucha autenticidad en el trabajo que desarrollan, y sobre todo, honestidad. Bien es sabido que éxitos como “Llamando A la Tierra”, “Maggie Despierta” o “Carolina” hayan podido suscitar suspicacias de comercialidad, pero en realidad, son versiones brillantes, con personalidad propia, y que al fin y al cabo, les abrieron las puertas del gran público. Todo ello legítimo y respetable. Pero también hay canciones impactantes que destilan rock por los cuatro costados. A saber: La inconmensurable “Antihéroe” por ejemplo, una canción que siempre me conmovió, o “Chilaba Y Cachimba”, temas de su primera época donde ya apuntaban maneras. En cualquier caso, estar donde están, en la cima inconmensurable, es por mérito y derecho propio por mucho que las radio fórmulas les apoyen. Las canciones son buenas o malas, llegan o no al público, y lo demás es palabrería hueca y banal. La realidad es la que es, y Mclan demuestran en cada show que la energía y la intensidad forman parte de su carácter.
Un teatro lleno de público expectante y entregado fue lo que encontró la banda cuando salieron al escenario interpretando “Usar Y Tirar”. El recinto se vino abajo. En esta demolición controlada, tuvo mucho que ver el ardor de un público entregado, que disfrutaba de las canciones con delirio y denuedo. “Llamando A La Tierra”, “Souvenir” y “Perido En La Ciudad” bastaron para llevarse al público a su terreno, dirigidos por un maestro de ceremonias como Carlos Tarque que sabe controlar a la con perfección y pericia el afecto del público. Un vocalista entregado, activo, histriónico y potente, que tiene mucha profesión y talento, amén de un cromatismo vocal único. Arropado como no por una banda sólida, se suena como un cañonazo, con un Ricardo Ruipérez genial que disfrutaba del instante con sincera intensidad. Un dúo que ha luchado por mantener viva y latente a la banda a pesar de los obstáculos. Sonido brutal y una puesta en escena brillante. Todo lo que se debe a exigir a una banda de su estilo. Continuaron con “Perdido En La Ciudad”, “Calle Sin Luz”, “Para No Ver El Final”, “Basta De Blues” y “Roto Por Dentro” en un primer tramo del show. Incansables, incombustibles, ofreciendo lo mejor de sí mismo, disfrutando dentro de la hoguera, vitales y entusiastas hasta perder el sentido. Espectacular. Un ejercicio coherente de profesionalidad y savoir faire. En un segundo tramo, más dinamita con temas como “Delta” de su último trabajo en estudio, “Las Calles Están Ardiendo”, “Maggie Despierta” con Carlos Tarque cantando dentro de la pista, pasando entre la gente y subiendo a la graba para besar a una espectadora y degustar los chachis de cerveza que se le ofrecían a cada paso. “Pasos De Equilibrista” cerraba este tramo. Después de un breve descanso retornan con “Miedo” en la que colaboró Dani Martin, y “Quédate A Dormir”. A estas alturas el público estaba fuera de sí, participando en esta transmisión mágica de emociones con una entrega conmovedora. Podría decirse que la gente se convirtió en un miembro más de la banda. Una pasada. Para cerrar el show, dos bises, “Carolina” y “Concierto Salvaje”. Espectacular. Daban por concluida de esta manera una extensa gira por la piel de toro, en la que miles de personas han podido vibrar con sus canciones. Una noche para no olvidar y que confirma el buenísimo estado de salud de la banda, que a base de trabajo, constancia e ilusión han dado forma a un proyecto que tiene mucho que decir en el futuro. Mclan están en pie, indestructibles, fieles a ese talento que les brota del alma de forma natural. Esperar dos años se nos va a hacer muy largo, pero seguro que merecerá la pena, y seguro que podremos volver a vivir noches como la vivida. Larga vida a Mclan.
CHEMA GRANADOS