Códize es una banda de nuevo cuño que desarrolla su proyecto sobre la base del rock melódico más ochentero, pero con muchas vertientes interesantes que son dignas de ser exploradas. Por tanto, hay cierta complejidad en sus canciones, zonas de claroscuro con ambientes dispares, y como no, melodías sencillas y bien pulidas. Los primeros ensayos comenzaron en 2017, pero ha sido este mismo año cuando han publicado su disco de debut “Preludio” un trabajo registrado en los Pika Studios de Leganés (Madrid) con Carlos Prieto a los controles técnicos y Daniel de la Fuente y los propios Códize en la producción y arreglos. La banda está formada por expertos músicos con dilatadas trayectorias. Oskar Awake a los coros y voz principal; Jorge Flox a la guitarra solista; Daniel de la Fuente a los teclados y piano, José Regadera bajo y coros y Edu Sánchez Seco a la batería y coros. Un tándem brillante que ha aunado su capacidad compositiva en pro de obtener un producto lo más depurado posible dentro del contexto de un primer disco de presentación, donde como es lógico, siempre hay cosas que pulir con respecto al carácter y la capacidad creativa, que se van desarrollando de forma natural con el transcurso del tiempo. Para un amante confeso que soy de este estilo, “Preludio” supone un obsequio invalorable, sobre todo por el impecable resultado, que me hace recobrar la esperanza en el rock de este país. Es bien sabido que en nuestra escena hay músicos solventes, con ideas más allá de los arquetipos establecidos, y que con entrega, ilusión y muchas dosis de creatividad pueden conseguir discos tan intensos como este de Códize. Otra cosa es que el público lo valore en su justa medida, lo comprenda y lo llegue a sentir como propio. Espacio hay, y público, yo creo que también, aunque haya que estar en la misma parrilla de salida con bandas como FM, Dare, Sunstorm, Hardline o Aldo Nova por citar algún ejemplo, que tienen valorada reputación internacional.
De cualquier manera, este disco hay que escucharlo sin complejos. Abiertamente, dejando que esa magia que contiene actué de manera que, el sonido que encierra, se convierta en un conjunto de sensaciones intensas. El disco abre con “Rising Star” una intro intensa que da paso a “El Brillo Extraño De La Luna” un tema que define en mi opinión la esencia de la banda, por su particular manera de encontrar espacio para aunar todos sus recursos, con tiempos bien medidos y una evolución viva, con el protagonismo de los teclados gobernando, y un solo de guitarra rompiente. A continuación, “Entre La Espada Y La Pared” un tema donde hay muchas huellas del rock clásico, sobre todo en los recursos del teclado y los riffs, con un espacio central a modo de interludio más pausado, y que retoma su intensidad con cortes milimétricos y un estribillo pegadizo. El cuarto corte es “Romper Cadenas” que abre con una escala de piano plácida seguida de la voz de Oskar Awake desplegando sus recursos vocales. Una balada de las de toda la vida, con la melosidad propia de las grandes baladas, pero sin llegar a la candidez. Penetrante y cargada de efectos emotivos, consiguen remover los rescoldos del alma, con una melodía armoniosa y sentida apoyada por los colchones de teclado tenues que abrillantan el resultado. Emociona. Sobre todo cuando llega el turno del solo de guitarra de Jorge Flox que se eleva poderoso, con esa sensibilidad tan propia. He conocido muchos guitarristas virtuosos, técnicos y geniales, pero nunca he conocido un guitarrista con el feeling y la creatividad que Jorge Flox le imprime a sus solos de guitarra. Una delicia. “Todo Ha Cambiado”, la siguiente canción, retoma el medio tiempo con la inclusión de matices propios, y un desarrollo donde de nuevo la guitarra de Jorge Flox es protagonista en los riffs. Cierra el disco “Inundación” un tema algo más rítmico que resume a la perfección la esencia del grupo, con cambios de tiempo, espacios recónditos, y un solo de guitarra brillante. En definitiva, un disco sobresaliente que es una magnifica tarjeta de presentación, y que es el preludio, de lo que vendrá. Y no puede ser que más calidad y más emoción. Ojalá que el devenir de su actividad, y el desarrollo de su creatividad, les propicie seguir componiendo discos como este. Sabido es que la escena está como está, y que una banda de rock debe de sortear cientos de escollos en su camino. Pero lo que queda, lo verdaderamente importante, es este puñado de canciones emotivas y emocionantes, y para eso, no hay escollos, ni vicisitudes. Hay emoción y sentimientos reales que nos engrandecen la vida a quienes somos sus receptores. Enhorabuena.
CHEMA GRANADOS