Por todo el mundo es conocido y aceptado, que al soporte del CD le queda poca vida. Según analistas especializados, quizá una década más baste para se extinga este soporte de registro musical. La pujanza del streaming, y la apuesta por este soporte por parte de las corporaciones que controlan las ventas de música global, van a posibilitar que en el futuro toda, o casi toda la música, se compre a través de los dispositivos móviles, webs especializadas, y la red en general. Se perderá por tanto el CD tal y como lo conocemos. Se perderá toda la información gráfica que contiene el disco, las letras de las canciones, los créditos y el diseño. Se perderá, todo un vínculo que unía al aficionado con el artista, a través de las claves de la creatividad. Y sobre todo, se perderá en calidad de sonido, ya que un archivo informático no ofrece la misma calidad que un disco grabado en digital. Se perderá a sí mismo, la única fuente de ingresos para las bandas que comienzan su carrera, que verán limitados sus ingresos debido a las comisiones, y que perderán el control de su producción. También verán lesionados los beneficios que ofrecen la autogestión y la independencia. Sin embargo, y mientras se produce el acontecimiento, deberíamos ser conscientes de la importancia de comprar un disco. No solo porque el propio acto de comprarlo supone para el artista un reconocimiento en sí mismo hacia su trabajo y su creatividad, sino porque además, contribuimos a fortalecer la escena estatal.
1.- Como primera razón debo de resaltar el hecho de que, cuando se compra un disco, estamos ayudando a la creación de empleo. Alrededor del negocio de los discos hay innumerables de personas que obtienen sus ingresos gracias a esta industria. Hablamos del ingeniero de sonido que graba el disco, del productor, del diseñador del art work, del fotógrafo que hace las imágenes promocionales, del trabajador de la fábrica de discos, y después, de los managers, oficinas de contratación, publicidad, productoras de video, etc. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las bandas de rock de este país obtienen sus escasos recursos de la venta de su CD, y que con ellos, se refinancian nuevos proyectos, videoclips, promoción, en definitiva, la supervivencia de la banda.
2.- La segunda, y más elocuente, es que estamos ayudando al grupo a continuar su carrera, al menos sin que les cueste dinero de su propio bolsillo, y puedan seguir realizando nuevos trabajos reinvirtiendo los beneficios. Además, estamos dando un apoyo real al grupo, incentivando su ilusión. Una banda que se siente respaldada por un público es más productiva, mucho más eficiente, que cuando la negritud de nefastas expectativas se cierne sobre ellos.
3.- Y la última, y no por ello menos importante, es que vamos a adquirir un producto logevo, eminentemente cultural, un soporte que durará toda la vida. Las canciones nos acompañan a lo largo de toda nuestra vida, y nuestra discoteca, por tanto, acaba siendo en un legado que pasaremos a nuestros hijos, se convierte en un compendio de todos nuestros gustos musicales, y de todas nuestras inquietudes. Nos llevamos para siempre una parte de esa banda favorita, nos llevamos toda su creatividad, y todos sus sentimientos encerrados en un soporte, que aunque pasen los años, no se devaluará, manteniendo la calidad frente a paso de los años. Un soporte que podemos tocar, que podemos visualizar y sentir como algo material, que potencia nuestro lado más espiritual, y que no hace sentir sensaciones y emociones.
Nada que ver con un archivo MP3 oculto en el disco duro de tu ordenador, cuya calidad no es la misma, y cuyo valor se deteriora. Los nuevos hábitos de los consumidores cada vez se tornan más cómodos y robóticos. Los nuevos terminales telefónicos, adaptados para toda esta enormidad tecnológica, pronto se convertirán en la única manera de comprar música. Pero a cambio, obtendremos un archivo electrónico susceptible de poder ser eliminado por error o accidente. Un registro sonoro sin alma y sin contenido propio. Es el precio del progreso, y tendremos que adaptarnos a ello y sobrevivir en ese marco, pero mientras tanto, mientras esto ocurre, debemos de adquirir la costumbre de comprar discos en la medida de nuestras posibilidades, y sobre todo, de contribuir a fomentar la cultura, disfrutar de la música en directo, y ser conscientes, de que la música, es una parte muy importante de nuestras vidas, y que por eso, debemos defenderla con uñas y dientes. Debemos fomentar la afición por el rock, por ser curiosos para conocer nuevas bandas y nuevos registros, de conservar y proteger la creación que se genera en nuestro entorno, en nuestra casa, como algo supremo que nos hace sentir una identidad propia. Allende los mares, en la Norteamérica demente, los que crearon el rock, hace mucho que entendieron todos estos conceptos, y por eso hay tienen una escena sólida que traspasa fronteras. Tenemos que creer en nosotros mismos, sin complejos laxos, y luchar por nuestra forma de entender el rock, a día de hoy, un lenguaje universal.
CHEMA GRANADOS