VIAJE AL CENTRO DEL PUNK, PASANDO POR EL ROCANROL
Mucho se habla entre bambalinas, del famoso y recurrente, relevo generacional. En “petite comité”, se aboga insistentemente, sobre todo en ciertos círculos, porque la regeneración del rocanrol estatal se haga efectiva y real de una vez. No es que despreciemos a los grandes de nuestro rock. Ni que la envidia, o la desazón, hayan invadido nuestros deseos más primarios. Nada más lejos. Mucho les debemos, y mucho les admiramos. Pondré un ejemplo más gráfico: En Granada, se abren las puertas y ventanas de los almacenes donde se cura el jamón, para que el aire fresco que llega de Sierra Nevada, circule por la estancia y curta su carne. Es un proceso de sanación, pero también, de generación. Pues eso. Aire fresco, que revitalice, que cure postureos extraños, que nos haga avanzar, ilusionarnos con un nuevo escenario. Que ofrezca oxígeno, a los que tratan de salir a la superficie con ideas nuevas, con proyectos diferentes.
Parece que el público, lejos de hacer afición, se comporta como un consumidor muy selectivo. Lógico. Es la patología de una sociedad capitalista, cuyos efectos secundarios, son capaces de penetrar en todas las capas sociales. Pero hace falta estar muy sordo, y muy ciego, para no ver y oír, como alrededor tuyo, crecen bandas con propuestas que contienen grandes visos de futuro. Debruces y Kultura de Bar, son dos bandas que estarán llamadas en su día, a ocupar los espacios va vayan dejando Boikot, Reincidentes, Porretas, Marea, Gatillazo y demás. No es broma, ni tampoco soy vidente. Puedo sentirlo cuando los ves sobre el escenario. Eso me basta, y me sobra, para poder hacer la afirmación anterior. Así es que, la próxima vez que te enteres de que estas dos bandas están en tu ciudad, ya puedes comprar tu ticket, y prepararte para disfrutar de un chorro de punk rock con sentido común, con aptitud, con integridad.
Ambas bandas, unieron fuerzas para presentarse en Madrid, en la mítica Sala Hebe del barrio de Vallecas, en Madrid, para ofrecernos un espectáculo que sobrepasó todas las previsiones emocionales. Sala casi al completo, y sobre todo, un ambiente intenso que fue creciendo por momentos, y que culminó, con una noche de las que no se olvidan fácilmente. Abrieron la faena los jienenses Kultura de Bar, una de esas bandas que han surgido de entre el humo de la inocencia, de la nada, con un trabajo muy notorio. Acaban de editar, hace muy poco, su segundo trabajo en estudio “La Hora Wüarner”, y llegaban a Madrid, con los bolsillos llenos de ilusión para presentarlo. Había expectación, y en honor a la verdad, dieron el ciento por ciento. Desplegaron su artillería de temas rocanroleros, pasados por el tamiz de punk más vitalista, con estribillos de fácil asimilación, y una suerte de vendaval sonoro, que se adueñó instantáneamente del público, ávido de sensaciones. Ofrecen un show directo, demoledor, en el que hacen disfrutar al público, ya sea organizando pogos, como dirigiendo al gentío para que coree los estribillos, haciéndole partícipe gracias a una interacción positiva, que enriquece el show. Dejaron perlas como “Yo Soy De Los Kultura”, “Politicos De Clase B”, “El Mensajero”, “Un Día Especial” con Oskar de Debruces, “Policía”, “Cuando En Linares Sonaba R&R”, y acabaron con uno de sus himnos “La Hora Güarner Terminó”, que explosionó en la sala entre el furor del público, que no dejó de bailar, saltar, y disfrutar durante todo el set list. Así pues, un show intenso, fiestero y cargado de intencionalidad, punk, rock, ska, y lo que se te ocurra. Atentos a esta banda, porque estoy convencido, que muy pronto estará bien alto, en todas las citas de festivales, y en vuestros cerebros, cansados de siempre los mismo. Aportan desvergüenza, atrevimiento, visión panorámica, y un sentido veraz y vital, que hará mella sin dudas.
Seguidamente, tomó el relevo del entarimado Debruces. Una banda oriunda del barrio de Hortaleza, que alza por bandera el punk rock más combativo, con un marcado perfil político y reivindicativo. En Madrid, la banda ha quemado los principales escenarios, llevándose el reconocimiento, no solo de la prensa especializada, sino del público, que sigue fiel todas sus actuaciones. Nuevamente, energía, musculo, aptitud y compromiso social, sobre todo con temas tan emocionantes como “Secuestrado”, donde denuncian la expulsión ilegal de inmigrantes, “Niños” cuyo contenido revela sus sentimientos respecto de los niños soldado, o “En La Cuneta” donde reivindican por la memoria histórica, denunciando las escollos del gobierno totalitario, para rescatar de la tierra los cuerpos de los desaparecidos en el Guerra Civil. Sin olvidar, “La Rotonda”, cuyo texto, relata la repugnancia que les merece la explotación sexual y los sufrimientos que producen. Hicieron un recorrido emocionalmente eléctrico, por sus dos discos publicados, con un show marcado por su identidad punkie, muy participativos sobre el escenario, y sobre todo, logrando conectar con el público hasta el hermanamiento. Debruces, llevan algún tiempo subiendo escalones, poco a poco, pero sin pausa, e igualmente, estoy convencido, que si siguen persistiendo, encontraran el hueco por el que colarse a lo más alto. Tienen madera, tienen aptitud, y un discurso emocional que nos cala muy hondo. Sin duda, un gran concierto, que demuestra que la calidad y la profesionalidad, están presentes en nuestra escena estatal, para persistir en nuestra aptitud luchadora. Grandes ambas bandas, como grandes los afectos que nos dejaron, y grandes, las expectativas de futuro que les espera, si llevan la mochila cargada de bellos recuerdos, sentimientos, afectos y rocanrol.
CHEMA GRANADOS
Grande Chema por venir, un saludo y hasta la próxima!!
gran crónica si señor !!