La vallekana banda El Enano Rojo nos presenta su segunda larga producción de estudio. Diez años han pasado desde que lanzasen su primer redondo, “Narcolepsia” y, tras varias rotaciones en la formación, este peculiar e híbrido quinteto vuelve a la palestra musical local para ofrecernos once nuevos cortes en los que dejar claro que regresan con energía y ganas de volver a levantar conciencias. Un trabajo, éste “Memoria Selectiva”, repleto de carga social y crítica política, con el que reivindicar el claro componente y compromiso sociopolítico que jamás debe abandonar el mundo del rock. Su sonido orbita entre las estructuras sonoras del hard rock más ochentero, apoyados más aún con la presencia de los clásicos sonidos del teclado; y el rock urbano, centrados en no deleitar -o aburrir- con demasiados arreglos técnicos en las cuerdas y en ofrecer una voz muy enmarcada en el registro clásico del mundo del punk-rock; y, como no podía ser de otro modo, vienen bien cargados de unas líricas que funcionan como guantazos contra el adormecimiento social por parte de los medios de comunicación, como puede percibirse en su primer corte, “Nuevo Circo Romano”, así como el ímpetu por preservar una identidad personal que soporte un viaje a contracorriente, como muestran piezas como “Peligroso” o “Dinamita”. Merecida mención al papel de nuestra memoria y la conciencia de clase en “Amnesia” y un sabor a lo Trainspotting en el tema “¡Para Qué!”, que, además, supone el primer y muy suculento videoclip grabado para este trabajo. En el apartado musical, como decíamos, oscilan entre las estructuras clásicas del hard rock, donde encontraremos numerosas partes de guitarra en redondas abiertas, estructuras circulares que permiten que se luzca el sonido del bajo y una presencia muy significativa del teclado, con ciertos sabores al hard rock estadounidense, como buena muestra realizan piezas como “Aprieta los Dientes”, “Dentro” y “Sin Pena Ni Gloria”; cortes con mucha pegada inicial y mayor variedad en los riffs, como pueden ser las ya mentadas “Peligroso”, “¡Para Qué!” y “Dinamita” y otras piezas de mayor peso melódico, con estribillos pegadizos y melodías más dulces y llevaderas, como muestran los acordes de “El Baile de los Caídos”. Sin embargo, debemos destacar que este trabajo acusa demasiada rigidez en sus estructuras, la escucha se torna un tanto repetitiva, enmarcándose demasiado en la composición clásica de sucesión de estrofas precedidas de una introducción un tanto lejana al desarrollo posterior de las mismas y, sobre todo, un cierto abuso del estribillo que, pese a ganar en facilidad de encaje melódico, deja en segundo plano los recursos técnicos, bien presentes, por ejemplo, en la excelente intro, oscura e intrigante con el bajo de “Anmesia”, para centrarse en asegurar el mecanismo pegadizo y bailable y, perder, de este modo, cierta nostalgia por la innovación. Una producción modesta y respetable, que podría corregir el sonido de la caja y, también sea dicho, la calidad y cantidad de recursos técnicos de la batería, que, claramente, ha perdido presencia y delicadeza en los cambios de intensidades, brakes y juegos de bombo y plato respecto al anterior baterista en “Narcolepsia”. En definitiva, un disco sólido, pero rozando lo monolítico, cargado de carácter crítico y mucho sabor pegadizo, sin duda más que apto para ofrecer un directo ameno, bailable y festivo, pero, que muestra sufrir el proceso del cambio y la adaptación a la nueva etapa en cuanto a la variedad de sus cualidades técnicas. Esperemos que, ahora que resurge la rabia del Enano Rojo, vuelvan a ofrecernos, con el tiempo y las tablas, un disco más diverso, técnico y equilibrado.
DANI ÁLAMO.