Jorge Salan se presentó ante el público de Madrid para mostrar, una vez más, las habilidades y el talento que prodiga, y de paso, grabar un DVD en vivo y en directo que inmortalizara uno de los momentos clave de su carrera. Las expectativas previas al concierto eran de un gran interés, así que el público lo recibió con algarada cuando sonaron los acordes mayestáticos de “On My Own” el corte número cinco de su nuevo disco “Graffire”. Previo a de este momento, dos grandes de la guitarra blues y country Jeff Espinoza y Francisco Simón, oficiaron de maestros de ceremonia para deleitarnos con un repertorio breve, pero intenso, de temas clásicos de blues, soul y country. Ofrecieron un espectáculo maravilloso a base de riffs y arpegios deliciosos.. Consiguieron motivar al público que comenzaba a llenar la sala con su potente show y dejaron una imagen sublime.
Tras el magnífico preámbulo, las luces se apagaron y en la pantalla del fondo del escenario comenzaron a proyectar un resumen cronológico y en imágenes de la trayectoria de Jorge Salan. La banda sube al escenario, y después, como decía, el preludio de “On MY Own” y el maestro de las seis cuerdas atacando con su Gibson SG de doble mástil. Una pasada. Un momento de los que se retienen para siempre. Continuó con “Victim Of Desire” y “Boot Hill”. A partir de ahí fue todo coser y cantar a merced de la emoción más intensa. Con el público entregado, a favor de corriente, con el clima elevándose de temperatura por momentos, y con la energía rebosante, no quedaba más que dejarse llevar por esa oleada de exaltación. Siguió con “The Thrill Is Gone” homenaje a BB King, “Key To Love”, “Goin Down” y “Leave My Girl Alone” de su último disco, momento en el que gozamos de un excelente solo de batería a cargo de Mateo Arroyave. Para encarar el segundo tramo “Fire” de Jimmy Hendrix, “Can’t Get Enouch”, “One More Empthy Feeling” el segundo single de su último disco, “Take Me To The River” y “The Hunter” de su disco “Madrid / Texas”. Más de dos horas de concierto, completamente entregado, completamente abducido por la magia que brota de su guitarra, de su genio incombustible. Hay que tener más que dedos diestros y rápidos para tocar así la guitarra, mucho más que técnica y posturas. Hay que poseer el genio para saber encontrar ese equilibrio entre el sentimiento y la técnica, y Jorge Salan, ha encontrado es paralelismo justo y exacto, donde reside el espacio más interno, el centro neurálgico de su creatividad como artista.Tenemos puesta la esperanza en él para que nos siga regalando muchos años de canciones maravillosas, de blues, de rock y de intensidad. También el orgullo de que represente tan talentosamente a nuestro país por las tierras del mundo, y que su nombre sea el garante para que futuras generaciones sigan su apasionante camino. Parecía que la noche no podría ser más intensa, pero llego “Face A Face” y la inusitada “Para Paco De Lucía”. Y luego, «Doom And Gloom» de Rollings Stones, «The Sky Is Cry (versión de Stevie Ray Vaughan), «Back In Time», «Subsuelo», «La Grange» (versión de ZZ Top), y como traca final «Summertime Blues» (versión de Eddie Cochran, «Rockin’ All Over The World» (versión de STATUS QUO)
y el telón dewscendió hasta una nueva ocasión. Atrás quedaba el recuerdo de un momento inolvidable. El recuerdo intenso y maravilloso que hace de la música sea mucho más que un arte, sino una más bien, fuente de vida catalizadora de longevidad para el corazón.
CHEMA GRANADOS