Como todas las profesiones, la de músico de rock, también ha desarrollado imperfecciones y rémoras con el paso del tiempo. Sobre todo, algunas creencias enquistadas que se dan por validas, y que, en mi opinión, a veces, se convierten más en una dificultad que en una ayuda, y que contribuyen a fomentar el desasosiego en el músico, cuando las cosas no funcionan del todo bien. Es normal que cunda el desánimo, que se fomente el agotamiento interior, porque el oficio del músico es ante todo, un oficio sustentado sobre la base de la ilusión, la pasión, y el desarrollo creativo ligado al mundo afectivo e íntimo del autor. Estos componentes, nada materiales, nada palpables, inciden en que cada derrota se convierta en cruzada contra las causas. A veces, no existe una explicación racional para este proceso denigrante cuando el éxito no llega, y van pasando los años metido en la espiral sin poder asomar la cabeza. Por esta causa, se han ido formando ciertas creencias, cuando no dogmas, que contribuyen a generar aún más confusión en las mentes de algunos músicos, sobre todo, en aquellos cuya trayectoria está comenzando o está a mitad de camino. Comúnmente, representan una especie de asideros a los que aferrarse para justificar errores, incertidumbres o inseguridades.
1.- TENGO UNA GRAN DESTREZA CON MI INTRUMENTO, TOCO MUY BIEN Y TENGO EL ÉXITO GARANTIZADO.
He conocido músicos con una gran calidad técnica, estudios de conservatorio, y una ejecución brillante de su instrumento, sollozar amargamente ante el fracaso. Tratan de aplicar la ecuación: toco muy bien = éxito. Nada más lejos de la realidad. Indudablemente, ser un gran instrumentista es un don especial, y ayuda mucho a la hora de plasmar las ideas y convertirlas en realidad. Ser un superdotado te convierte en un músico especial, pero no especialmente aceptado. Te quita escollos en tu camino, y articula el lenguaje idóneo para traducir la creatividad de tu interior. Sin embargo, puede ser un obstáculo para comunicarte con el público. Las escalas pentatónicas más complicadas de guitarra, pueden causar admiración en el espectador por la complejidad, pero puede que no consiga hacerlas suyas, ya que no llega a comprenderlas. La simplicidad, está demostrado, consigue vehicular el lenguaje que impacta en el público que no tiene conocimientos técnicos musicales. A veces, ni siquiera esto, ya que siendo un gran instrumentista se consigue conectar con el público. No hay una norma explicita, comprobable, que nos otorgue el beneplácito del público, y por ende, del éxito. Comprendo que puede llegar a ser frustrante, comprobar como músicos, con menos conocimientos y menos técnica con su instrumento, estén probando las mieles del éxito gracias a canciones sencillas, sin ninguna complicación estilística, y que componen canciones de estructuras simples. Esto no quiere decir que haya que simplificar las canciones, y que se menosprecie el instrumento. Lo que digo, es que hay que tener en cuenta esta realidad, y no pensar que por tocar muy bien lo tenemos todo hecho. Muy al contrario. Los caminos del éxito son inescrutables. A veces, una armonía, un estribillo, o unas estrofas sin ningún enredo, nos hacen llegar al público. Pero hay más, no es ya la sencillez en sí misma. Es la capacidad de transmisión del músico. Una cualidad que no todos los músicos poseen, y que consigue romper todas las barreras para que el público haga suyas tus canciones. Es preciso crear un vínculo con el público, que te una a él, que te haga entrar en sus vidas. Las canciones que hacemos nuestras, permanecen dentro de nosotros toda la vida. No sabemos qué cualidades tiene una canción para que nos haga sentir, sollozar, reír, o sentirnos a otro nivel. Simplemente ocurre. Tocar muy bien es importante a nivel personal, porque la formación técnica te ofrece un sinnúmero de posibilidades. Pero, desgraciadamente, no lo es todo.
2.- TOCAR, TOCAR Y TOCAR, A CUALQUIER PRECIO
Otra de las ideas controvertidas, y que da para un debate extenso. Está claramente definido, que el músico de rock especialmente, necesita tocar en directo para sentir que sus canciones tienen sentido. Que llegan a la gente y no a la cuatro paredes del local de ensayo. A diferencia del pop, o de otras corrientes musicales, en que un hit en la radio es suficiente en muchos casos, el músico de rock necesita los directos, el contacto con el público. Muy controvertido es el tema del relevo generacional, pero es que, es comprensible que ningún rockero quiera bajarse del escenario, hacer giras, componer nuevas canciones. Mientras haya fuerzas. Este sentimiento, unido al incremento sustancial de bandas en circulación, y por tanto, de competencia, hacen que se abaraten los precios de las entradas a niveles insospechados. Hace treinta años, recuerdo que pagué por una entrada de Scorpions 2.500 pesetas, o sea 15 €. ¿Cuántos grupos se atreven a poner una entrada a 15 €? Solo aquellos que ya tienen mucho trecho recorrido. Es decir, que no estamos pagando ni los precios de hace treinta años. Así es que se toca en circunstancias deplorables, a precios irrisorios, regalando el CD con la entrada, asumiendo gastos imposibles, perdiendo dinero en muchos casos. Esto posibilita la devaluación de la profesión, porque el público no establece un criterio de valor por algo. ¿Y cuál es la solución? Se preguntaran ustedes. Quizá la razón nos dicte que se toque solo cuando haya condiciones aceptables. Y si no, no tocar. Pero esto, no es posible, y lo sabemos. Pero está claro que tocar, tocar y tocar, muchas veces sirve para sentirse bien. Aunque ayuda, claro está.
3.- TOCAR EN UN GRAN FESTIVAL SUPONE QUE VAYA MAS GENTE A LOS CONCIERTOS.
Todo el mundo tiene meridianamente claro, que tocar en un gran festival, es un trampolín espectacular. Cuando miles de personas te ven en directo, el valor promocional es incalculable. Pero hace falta saber si eso se traduce en más asistencia a tus conciertos. Está claro, que no del todo. A la experiencia me remito. Hay un gran sector de público, que va a los festivales a saciarse de conciertos para todo el año, y luego, asiste a pocos o a ninguno en salas durante el resto del año. Por lo tanto, positivo si es, claro está, pero no definitivo. Es más, a veces es curioso como hay grupos que convocan a miles en la campa de un festival, y luego, en sus giras no llenan salas de trescientas personas. ¿Hay alguna lógica en esto? Quién sabe.
4.- SI ME FICHA UNA GRAN MULTINACIONAL DISCOGRAFICA, LO TENGO TODO HECHO.
Craso error. Las grandes compañías discográficas, sobre todo aquellas que llegan allende los mares, son empresas muy herméticas y están organizadas jerárquicamente. Además, desarrollan políticas de rentabilidad económica muy estrictas. Muchos grupos son fichados para quitarse su competencia, y se les condena al ostracismo. Sencillamente, se quedan en un cajón, y todas las promesas previas se convierten en papel mojado. Asimismo, en el caso de que apuesten por el grupo, siempre estará supeditado a sus resultados económicos. Actuablemente, son pocas las compañías que invierten dinero en bandas, y solo adelantan royalties sobre ventas, en artistas de comprobado rendimiento. Lo mejor es la autogestión. Convertirse en tu propia compañía y gestionar todos tus recursos y beneficios personalmente. Esto, claro esta, requiere un trabajo adicional, que muy pocos están dispuestos a desarrollar. Pero tengo conocimiento de muchos casos, en los que los resultados pueden ser sorprendentes, o cuanto menos, gratificantes. O te mueves o caducas. Esta es la realidad.
5.- REGALAR EL DISCO ES UNA FORMA DE PROMOCIÓN
Esto es discutible. Habrá quien encuentre un valor promocional importante si regalas el disco. Pero en realidad, lo que haces es devaluar aún más, no solo el soporte, sino tu propio trabajo. Si regalas tu música nunca podrás cobrar por ella, porque nadie te la va a pagar cuando quieras cobrarla. Además, se ofrece una imagen de ir sobrado, de que sobra para regalar, y esto no da lustre y esplendor a tu imagen. Hay muchos canales para escuchar tu música gratis, desde spotify, youtube, etc. Una vez en un concierto, el grupo regalaba el disco, y a mi lado, dos espectadores comentaban: “Fíjate si ganarán dinero, que se pueden permitir el lujo de regalar el disco, con lo que cuesta hacerlo”. En vano, intenté hacerles comprender que era una forma de promoción, de facilitarles el acceso a su música. Muchos dirán que se hace para que la gente vaya a sus conciertos, pero aún no tengo muy claro que esto facilite que vaya a tus próximos conciertos.
6.- LA IMAGEN NO IMPORTA, LO QUE IMPORTA ES MI MÚSICA
Pues no. El valor de la imagen, es determinante para el éxito de un grupo. El rock es espectáculo. El rock debe ser una experiencia integral, en el que la música se revista con un espectáculo que haga que el show se convierta en un recuerdo permanente en la mente del espectador. Un grupo con una imagen trabajada, diferenciadora, y con un espectáculo en la que la escenografía de escenario, atrezzo y demás elementos, jueguen un papel importante, va a reforzar siempre la imagen del grupo. Sobre todo porque nos va a posibilitar diferenciarnos del mogollón de bandas. Además, el público agradece que los shows no sean lineales y aburridos, que haya espacio para la sorpresa, para crear ambientes. Agradece que el grupo se tome su trabajo profesionalmente. Agradece poder identificarse con el rollo del grupo, con sus maneras, sus formas de hablar y de actuar. Pondré un ejemplo: Los Kiss. Esta banda norteamericana, afianzó su éxito con grandes canciones, una imagen impactante y un show inolvidable. Ya sé, que no todos los grupos tienen los mismos recursos económicos. Pero la idea es esa. Se pueden hacer muchas cosas con poco dinero. Solo hace falta imaginación, tener una idea formada del espectáculo, y desear atrapar al público.
7.- ESTO ES LO QUE HAY, Y TENGO ESTAR EN LA ESPIRAL.
Muchos músicos caen en el agotamiento ante la falta de perspectivas y de resultados. Es humano, y completamente normal. Es algo patológico. Se entra en una espiral de la que es muy difícil salir: componer, grabar, publicar, promoción, gira. Así un año, y otro, y otro. Es preciso romper esa dinámica ofreciendo otras alternativas. Acciones que estimulen la creatividad. Acciones promocionales impactantes, que nos aúpen por encima de los demás. Desgraciadamente, supone un esfuerzo adicional todo esto, y por eso, en nuestro país, un alto porcentaje de bandas están en la espiral durante años, hasta que se agotan o triunfan. Pero tal y como está enfocada la realidad, es cuestión de años y años, en la mayoría de los casos a partir de veinte años de carretera, lo que supone ser fuerte frente a los desgastes.
CHEMA GRANADOS
«Regalar el disco». Está claro que la persona que ha escrito el articulo vive en una época anterior y no es consciente del punto de vista del consumidor, algo básico en todo negocio. Un articulo pobre y poco realista: que nosotros demos valor a nuestro trabajo no implica que los demás se lo den. El público sólo tiene que decidir entre dos cosas: me gusta o no me gusta. Menos llorar y más adaptarse al medio.
te regalo 3 discos….y un dvd, y 2 video clips…cuanto tengo que pagar pa mandarlos?
by: ultimos ritos