De nuevo, otro fin de semana repleto de buenas propuestas en la nave alcalaína por excelencia. Esta vez tocaba el turno de descubrir a dos bandas de la capital con un buen bagaje a sus espaldas. Una modesta presencia de cerca del centenar de seguidores se dieron cita en la sala Ego Live para disfrutar de una dupla de descargas bien variadas, con el sabor del rock contemporáneo como nexo de unión. Desde nuestra vecina Torrejón de Ardoz, bien acompañados de la mayoría de los asistentes, se presentaban los eléctricos Don Skull, una banda de cinco amigos de la infancia que, tras ir desvaneciéndose sus anteriores proyectos personales, confluyen en esta formación, que trae bajo el brazo un “D/S” de 2015 -incluida su edición de vinilo- en el que dejan claro ser una banda llena de matices frescos y contemporáneos, oscilando entre el new rock o el post grunge, toques stoner y mucha esencia newmetalera. Un quinteto sobrio y sólido, que no se deleitan en el virtuosismo, pero que muestran disfrutar con la ejecución de su propuesta y la llevan a cabo con mecánica -aunque algo rígida- entrega. Interpretaron todos y cada uno de los temas de su presente disco, siguiendo disciplinadamente el orden de los temas. Así, cuando los acordes de las guitarras de Oscar R. y Chamani comenzaban a descargar sus primeras vibraciones y su vocalista Mario Miranda, bien engalanado con una buena ristra de elementos fancófilos -gorra y camiseta para no exagerar demasiado-, presentaba a la banda, se producía un inesperado coitus interruptus, pues el jack del bajo de J.D. se había propuesto no permitirnos arrancar la velada. Superadas las dificultades técnicas, y con Juanjo Izquierdo engalanado y preparado con sus auriculares incluidos, comenzaba su incesante descarga con los tres primeros temas, “I’m Still Staying Here”, “Jack’s Laugh” y “King of The Insect,s Pt. 1”, tres piezas que ineludiblemente nos recuerdan a ciertos elementos de bandas como Tool o el registro vocal de Kyuss. Le siguieron el rockanrollero y bailongo “To Bad To Get Some” y “Deneb”, una pieza más oscura y sucia, con un pegadizo estribillo pesado. Igual que ocurría con “Greed” y”Closer And Closer”, temas que alternaban la apertura rítmica de las cuerdas, permitiendo dar más vida al papel de Oscar; y su contrapunto más oscuro y lento, dejando que fuesen los matices del bajo de J.D. y los juegos de platos de Juanjo quienes adquirieran protagonismo, incluyendo la generosidad de un más que emotivo y entregado Mario, que saltaba una y otra vez del escenario para no ocupar la principalidad de los focos. Tras el interludio instrumental de la segunda entrega de su “King Of The Insects”, Chamani dejaba su Les Paul para enfundarse un viejo y crudo modelo Danelectro -del ’63, nada más y nada menos- para sacarle todo el jugo sureño con su slide en piezas como “B.D.S.M.” y “The Edge”, para despedir su actuación con dos piezas que retoman esa esencia new, llena de contrastes, con una fuerte pegada de los tonos agudos de su vocalista y recursos en las cuerdas con el e-bow de Chamani, así, “From Hell” y un bien prolongado “Slow Tongue” servían como colofón perfecto para cerrar esta descarga repleta de sabor a contracultura estadounidense contemporánea que tanto hizo disfrutar al buen número de fieles que trajeron tras de sí -eso sí, todo sea dicho, un apoyo que no se vio reflejado en el feedback de la entrega de la banda, pues pareciera que les fueran a morder y apenas se acercaron a las primeras filas-. Sea como fuere, dejaron un gran sabor de boca, su entrega estuvo a la altura de una banda que se conoce perfectamente, pero que quizá aún les falte más engranaje para sentirse más sueltos y no ofrecer una cierta sensación de exceso de concentración y tensión que hará que todos disfrutemos más en tiempos futuros. Y llegaba el turno de los madrileños Nonno, una formación que trae tres trabajos a sus espaldas -junto con una grabación en directo en la sala Caracol de 2014-.Son una de estas formaciones que a uno le da vergüenza no haber descubierto antes, un equipo lleno de personalidad y una línea férrea, que practican un rock en estado puro, sangre fresca para el panorama nacional, que debería hacer callar las bocas de los aristócratas de la prensa estatal que no ven buenas bandas entre nuestros contemporáneos y harían bien en desalojar sus cipotes lleno de copyrights de sus oxidadas bocas para dar cabida a la sublimidad con la que nos deleitaron estos chicos. Quizá no todos los asistentes al concierto puedan decir lo mismo, porque, desgraciadamente, muchos seguidores torrejonenenses cumplieron a la perfección con otra de las lamentables actitudes que debilitan la escena musical, pues tras acabar el concierto de sus colegas, dejaron la sala a la mitad de asistencia, perdiéndose uno de los mejores conciertos a los que he asistido en muchos años. Así pues, las buenas decenas de fieles enamorados del descubrimiento de nuevas propuestas, disfrutamos de estos serios y gráciles rockeros, deleitándonos con su descarga repleta de sabor a rock urbano, esencia y sabor nacional, a la par que un toque sureño y western en muchas de sus estructuras, aliñado con una profundidad lírica digna de elogios, poesía filosófica, íntima y sensible a la par que rehogada con grandes carices sociopolíticos. Interpretaron los mejores cortes de sus dos discos, “Ego” de 2008 -para mayor sarcasmo homónimo con la sala- y su potente y sorprendente “El Que Ríe El Último” del pasado 2015. Presentaban, también, a sus dos nuevas incorporaciones, David Díaz al bajo, un soberbio y técnico devorador de las cuatro cuerdas -cinco en este caso- y Juan Zurdo a la batería, una hormiga atómica, inquieta y alegre, que aportaba toda su frescura y concentrada ejecución a esta impactante banda. Así pues, sin mayores miramientos por la desbandada de buena parte del auditorio, las sensuales cuerdas de Antonio Berdiales -“Berdi” y la característica voz y guitarra de Daniel Serrano, daban pie a sus dos primeros regalos, un “Mientras Se Ponga El Sol”, demostrando las virtudes técnicas de Berdi y ese sabor a hard rock sincopado, para dar paso a la que, para mi juicio, puede ser una de sus piezas estandarte, una inmejorable “El Enemigo”, dura y dinámica, una de esas piezas que le hicieron al que firma, correr a su merchan a comprarles su material. Le siguió “Ego”, un tema bailable y más juvenil. Y, tras adelantarnos material de su próximo redondo con “A Través De Los Párpados”– que dejaremos en suspense para que corráis a escucharlo cuando llegue su momento- llegaba su primer toque más emotivo con “Cuando La Lluvia Llegue”; para dar paso a su toque sureño y juguetón en “Espectador”. “Otra Vez” y “Frío” nos mostraban su lado más urbano, trayéndonos a la memoria el característico estilo de nuestro rock más nacional, previo paso de un “Pasos De Gigante”, denso y oscuro, que permitía a Berni dar rienda suelta a sus juegos sonoros con su e-bow y generar, de ese modo, atmósferas tétricas e inquietas. Y se despedían de nosotros con otro de sus himnos, un “Quién Dijo Miedo” excelente para corear y que, sin duda, empezaremos e recordar sus estribillos y sus ritmos pegadizos, aderezados con el lanzamiento de un discurso del mejor político de nuestros últimos tiempos, el uruguayo José Alberto Mujica, con el que, si no me habían conquistado ya, terminaron de hacerlo sin lugar a dudas. Así pues, no puedo más que elogiar y agradecer el privilegio de haber asistido a su descarga y recordar la primera de las muchas veces que disfrutaré viendo a este cuarteto sobre las tablas. Todo ello, desde luego, sin desmerecer a ninguna de las dos formaciones, que representan a la perfección el viraje lleno de vida y personalidad que presenta la actual escena rockera española, con bandas como éstos Don Skull y Nonno, grupos que chorrean identidad, entrega y ganas de darnos de qué hablar.
TEXTO Y REPORTAJE GRÁFICO: DANI ÁLAMO.